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¿Qué pasará con el caso internacional de Monseñor Romero?

Han pasado 29 años en los que se ha exigido justicia tanto nacionalmente, en otros países como Estados Unidos de América y finalmente, de esto ha sido conocedora la justicia regional (OEA). La Comisión Interamericana de Derechos Humanos le ha exigido al Estado de El Salvador que el caso se investigue y se aclare, que derogue la ley de Amnistía que favoreció a los partícipes de este hecho. Pero nuestro estado ha reiterado que no puede investigar el caso porque existe una ley de Amnistía y a la vez ha dicho que sobre la Amnistía descansa nuestra paz. y punto.

Hace un par de años, muchas Ong`s salieron al paso cuando percibieron que la Iglesia Católica (como una de las partes ofendidas en el caso) podría negociar con el Estado y sentenciaron “No pueden negociar la verdad y la justicia en nombre del pueblo” y eso porque "la alta jerarquía católica está comprometida, desde hace 14 años, en la búsqueda de la justicia, la verdad y reparación a los familiares de las víctimas".

Además dijeron algo muy importante y es que un gobierno no puede desconocer su responsabilidad sólo porque era otro partido político en el poder y era otra administración la que inicialmente tuvo conocimiento del caso, "cuando un estudiante de primer año en Ciencias jurídicas, entiende que la responsabilidad estatal trasciende estos contextos”.

Pues bien, hoy hay un nuevo cambio de partido y administración. ¿cuál será la respuesta frente a esta deuda pendiente?
enlaces de Xibalbá: Caso parte 1 y 2, fantasmas!

Comentarios

Anónimo dijo…
El entrecomillado: sutil.
A ver qué se da, ¿no?
Bonita entrada.

Saludos.
Anónimo dijo…
No sólo es un caso puntual el problema, sino el enfoque y este debe cambiar. ¿Hasta qué punto cambiará?

Álvaro.
Unknown dijo…
Monseñor Romero es el emblema de todas la víctimas anónimas. Pero qué pasa con las que son ignoradas por simple conveniencia política. Esas que no han contado nunca y parece que no lo harán. Me refiero a los del tan traído y llevado caso de Mayo Sibrian, como un ejemplo. Ya pasó la campaña, ya podemos hablar seriamente del tema.
No puedo entender que ningún organismo de derechos humanos haya tomado en serio el caso nunca. Es porque generalmente los DH han sido una bandera de izquierda y por tanto los que dirigen esas instituciones son gente de izquierda y sin interés de reivindicar a esas víctimas.
El informe de la comisión de la verdad no reconoció ese caso no porque no existiera sino porque fue ocultado. Pero siempre ha sido un secreto a voces en la izquierda.
Con lo precario de nuestras instituciones es un gran paso que por lo menos los responsables de muchos casos de violaciones a DH fueran inhabilitados. Es un gran paso que se reabra el caso jesuitas en España. Pero también tenemos un lastre inmenso que es bastante obvio y lo será mas a partir del 1 de junio. Mejor voltear la mirada para no incomodar.

Carla Ruano
Aldebarán dijo…
Habrá que ver que pasa con el caso de las Hermanitas Serrano. Tal vez el nuevo canciller si pueda usar las palabras correctas y no como las que usó Francisco Laínez.
Anónimo dijo…
Carla:

El caso Sibrían se conocía y porque se conocían sus probables repercusiones Mayo Sibrian fue juzgado y ejecutado por sus propios compañeros.

El relativo silenciamiento vino de ahí, de la justicia aparente que se hizo.

La trama del caso y su magnitud han salido a la luz gracias a los trabajos parciales de Galeas.

Ahora hay que promover acciones conjuntas que asuman los intereses de todas las víctimas por encima de su filiación partidista.

Hay mucho que hacer, estan los desaparecidos, por ejemplo.

Álvaro Rivera.
ixquic* dijo…
"Habrá que ver que pasa con el caso de las Hermanitas Serrano. Tal vez el nuevo canciller si pueda usar las palabras correctas y no como las que usó Francisco Laínez."

Alde, en el caso Serrano ya no se trata de "pedir perdón". Lo más importante de ésa sentencia es el requerimiento que se le hace a el Estado Salvadoreño de INVESTIGAR el caso.

Las palabras bonitas saldrán sobrando. Lo que hace falta es justicia y verdad.

Saludos
Anónimo dijo…
Se metio a la guerra con sus palabras, murio como un soldado, en plena batalla.
Boba analogia diran, pero para mi, él uso mejores armas, su voz y su conciencia, armas que metieron miedo.
Por que estas personas mueren?, que le habria pasado a Gandhi en El Salvador y que le habria pasado a Monseñor Romero en India?