y todo esto pasó entre nosotros....(cantar maya)

Dice Sábato en Antes del Fin: "La memoria fue muy valorada por las grandes culturas, como resistencia ante el devenir del tiempo. No el recuerdo de simples acontecimientos, tampoco esa memoria que sirve para almacenar información en las ahora computadoras: hablo de la necesidad de cuidar y transmitir las primigenias verdades".


Pero la verdad de un país que pasó por una guerra, como El Salvador, podría sostenerse por certezas y no por chambres. La verdad tampoco es absoluta: la de los que combatieron, los que resistieron, los que murieron, los que emigraron y los que lo soportaron (unos más que otros). La justicia y el derecho permiten tener acceso imparcial (o lo más imparcial posible) a esas verdades.



Cuando Luers de La Siguiente Página dice en un artículo de opinión que para enjuiciar a un adversario, primero hay que vencerlo .... me a sus lectores --como yo-- en una lógica que no me corresponde, me refiero a que no me involucré en el conflicto y aún con ello, repito sus costes y beneficios me han bendecido y jodido.

Luers (vea ese blog --La Siguiente Página-- que yo recomiendo aunque discrepe esta vez) va en una lógica en la que repito, algunos no cabemos: haber siso contrapartes en esa guerra. Se analiza desde la lógica del poder en guerra (que es una de las formas para abordarlo) y no desde otras posibles. Hay que leerlo todo al final de cuentas.


Como dicen que ni vencedores, ni vencidos yo me prengunto ¿entre ganar y perder hay un punto intermedio?



Por otra parte, Luers así como Galeas, enjuicia y condena a todo defensor de derechos humanos que reclame la derogación de la Ley de Amnistía. Generalizan, y señalan que se juega con eso de hablar en el nombre de las víctimas. Me da un poco de risa y no es de mala fe. Ya señalé en otro apunte que ciertamente hay espécimenes así. Leí un comunicado de varias organizaciones que se auto definen como "víctimas" de hechos del pasado y eso me provoca admiración por semejante atrevimiento, porque nacieron a finales de los ochenta y además no llevan casos (legales) de víctimas por estos hechos.



Aunque hay mucha gente metida en esto de corazón, yo no podría generalizar.




Esta sociedad antes se caracterizaba porque cada cual tenía un familiar en la guerrilla, en el ejército, víctima de un hecho de éstos, haber sufrido pérdida económica o contar con familiar en el extranjero. Eso, es una onda expansiva de afectación más allá de las víctimas directas. Una guerra es así. Estas víctimas en efecto allí andan, dudosas, en el camino buscando ánimo para dar pasos seguros.



La única referencia oficial, una verdad parcial, pero verdad al fin dado su reconocimiento oficial fue el informe de la Comisión de la Verdad, la que hizo una pequeña investigación (muy obstaculizada) y seleccionó algunos casos. Pero no fue un tribunal. Más que señalar culpables, su valor estaba y está: en sus recomendaciones. Siempre me llamó la atención que en sólo 5 días se aprobó una ley de Amnistía. Ahora gracias a las cosas que Galeas tuvo a bien contar en una crónica (porque de verdad es positivo hablarlo aunque no compartamos puntos de vista) sé que estaba hecha desde antes y hasta consensuada entre algunos. Y que esa ha sido una decisión política de los "vencedocidos" (es la contracción de vencedores y vencidos como dicen que no hubieron... y ahora resulta que tampoco ni víctimas ni victimarios).


Las recomendaciones, no se cumplieron y allí habían algunas medidas propicias, digamos una tímida política restaurativa de esos hechos, que a la fecha algunos pacientemente esperamos. A veces me pregunto ¿porqué el monumento a las víctimas no se construyó por quienes las produjeron? es lo lógico ¿porqué no? Nunca lo he consultado, sinceramente, pero no sé si en ese monumento hay víctimas de la guerrilla o es un monumento parcial. si es así

¿porqué?


si todo esto pasó entre nosotros!




Boutros- Ghali, envió una carta muy fuerte a todos lo actores de la guerra y de su paz
y allí él expresa: "A los efectos de este análisis (refiriéndose a su lectura de este Informe) he partido del principio de que la Comisión de la Verdad y sus recomendaciones forman parte integrante de los Acuerdos de Paz, por haberse comprometido ambas partes, sin condición alguna, a llevar a la práctica estas recomendaciones" (20 de mayo de 1993, carta relativa a un análisis hecho por las Naciones Unidas de las Recomendaciones de la Comisión de la Verdad)


Entonces pienso (porque me voy a la cama figiendo que soy feliz por esto) talvez incorporaran estos compromisos en las campañas que vienen,...


La reconciliación...



Cuando se dice que la sociedad está reconciliada ... ¿Estamos reconciliados de verdad?

Si conciliar es "componer y ajustar los ánimos de quienes estaban opuestos entre sí" (según DRAE), eentonces busqué algo inmediato. Me fui a platicar con mis tíos quienes perdieron a sus dos hijos en el conflicto. El menor está aún desaparecido y le pregunté sobre el "ajuste" de esos ánimos y en todo caso ¿quién es su opuesto? así ver esa magica reconciliación y él me dijo: no quiero saber nada! alguna vez quise saber dónde está o murió y porqué, los juicios no me interesan. Después, me dijo, me he preguntado si el sacrifico valió la pena y la respuesta es no.


¿Quién va a venir a ajustarse conmigo niña?


conté su historia aquí:

http://ixquic.blogspot.com/2007/04/el-destino.html


Me dio una respuesta gruñona y definitiva (lo de "niña", es cosntumbre) . Yo no podría decir, a partir de mi experiencia frases tan definitivas, pero las respeto. Debo agradecer a Luers la puesta de atención a ese punto, pero sin duda en esto jamás podría estar de acuerdo posiciones como esa.



En todo caso se trata de cuidar esas primegenias verdades, usando las palabras de Sábato.

Comentarios

Anónimo dijo…
Creo que hay que pensar con más detenimiento sobre esto: Galeas y Lüers aportan punto de vista fragmentarios (pequeñas porciones de una verdad que no alcanzan a ser una autentica visión de conjunto).

Es posible que haya gente que busque representar de forma oportunista a las víctimas; pero ese grupo no es todo el conjunto de los trabajadores de los derechos humanos.

Trás ésta desvalorización del representante legal existe la idea de que son la organizaciones de los derechos humanos las que crean artificalmente el problema de las víctimas. Ni Galeas ni Lüers afirman que las víctimas no existan, pero como dice Paolo están integradas y reconciliadas en el seno de la sociedad civil (cita un caso de colaboración entre ex-combatientes del ejercito y de la guerrilla, como si ese caso fuera representativo).

El razonamiento es el mismo que utiliza el empresario que considera que las demandas de sus empleados no existirían sino fuese porque existen los representantes sindicales. Acabado el sindicalista se acaban las demandas.

Las necesidades y las vivencias de la víctimas es posible que permanecerían desarticuladas y sin dirección si no existiese una conciencia que les diese unidad en torno a un programa de valores y demandas. Al permanecer desarticulada la vivencia de la víctima no se manifiesta cívicamente y puede dar la impresión de que no arrastra un conflicto latente, de que se haya integrada y ese puede ser el caso de miles de personas (como tus tíos)que viven su drama en soledad y no lo transmutan en una petición colectiva. Que lo vivan en soledad no significa que no lo hayan sufrido o que aún lo sufran como una amputación ante la cuál el Estado se muestra indiferente.

Lüers habla de ex-combatientes como si ese fuera el único universo de las víctimas, no. Hubo mucha gente que no combatió,gente que nunca se afilió a ningún partido y que sin embargo padeció los efectos de las violaciones de los derechos humanos. Personas normales que fueron a reconocer el cuerpo torturado de un hermano,un padre,una hija; padres normales cuya hija nunca volvió. Esa gente vivió el drama muchas veces sin comprenderlo y es posible que todavía arrastren sus efectos sin el menor ánimo de reclamar justicia.Todo este paisaje callado, de gente sin costumbre de reclamar, de gente que todavía tiene miedo, es posible que no despertaría sino fuese por la acción de la gente que trabaja sobre el tema de los derechos humanos. Pero el agente concientizador no es el que crea los conflictos y las necesidades de las personas que ayuda a manifestarse. Aunque ataquemos al mensajero, el problema seguría ahí, desarticulado y en silencio, pero ahí.

El universo de las víctimas va más allá de aquellos que padecieron los efectos de su militancia política o armada y ese universo existe con independencia de la labor que desempeñen los trabajadores de los derechos humanos.He dicho algo obvio, pero a veces hay que recordar lo obvio.Por mucho que hable Galeas, nadie se inventa a las víctimas,están ahí.Y a falta de encuestas fiables no podemos asegurar que estén satisfechas con la forma en que El Estado las ha tratado.

Había que negociar y se negoció y se tuvo que sacrificar cosas y hacer concesiones.El cuadro de resultados fue el producto de un juego de fuerzas y no de razones.

Par juzgar al enemigo hay que vencerlo. Pero me pregunto si en una democracia para razonar juridicamente el derecho debe plegarse al mapa de fuerzas políticas del parlamento. Paolo recupera una vieja idea sofista: la idea de justicia la impone quien tiene el poder ¿En qué lugar deja a la razón esa idea? ¿En qué lugar deja esa idea a la autonomía del derecho? Creo que incluso contra un poderoso sistema de fuerzas que te llevan en otro sentido, hay que oponer resistencia con sensatez si crees que la razón te asiste.Pero hay que hacerlo con sensatez, cuidando que el pragmatismo no termine devorando a los principios.

A veces el realismo es crudamente conservador.