ciudadanos de tercera

Hay gente que se queja por recibir de las autoridades un trato de segunda categoría y reniegan que no ha ciudadanos de segunda. Sin embargo, hay quienes están en la tercera y hasta en la cuarta.
Hace unos días un hombre murió en las bartolinas de la PNC. Se trata de Rudy Joel González Salvador, de 34 años quien estaba detenido en las bartolinas de la delegación policial de La Unión, por el delito de lesiones.
Rudy, era una hombre con discapacidad intelectual, es decir tenía una deficiencia y además padecía de epilepcia. En bartolinas tuvo varias convulsiones de epilepsia.
Su familia aseguró a un periódico que el juez de Paz de la localidad había emitido la orden de internamiento en el Hospital psiquiátrico en San Salvador. Tampoco es la mejor opción pues no debería ser a priori tal internamiento. Sin embargo, de haber ingresado a ese hospital seguramente no hubiese muerto.
Independientemente de las razones por las que la Policía no obedeció con ese traslado (pudo deberse a limitación de recursos) quienes lo tenían bajo custodia al ver su estado de salud y por estar en una posición de garante (esto significa que tiene el deber o la obligación de cuido) debieron prestar ayuda o solicitar apoyo a servicios médicos para impedir una consecuencia irreparable.
Esta grave omisión no se excusa en las palabras del oficial Osmín Peñate: "Por las condiciones y por su mismo problema mental, era necesario llevarlo y ya teníamos programado hacerlo este martes 22 y para eso habíamos coordinado con el jefe de la Sección de Traslado de Reos y nos autorizó, pero la sorpresa fue al amanecer, cuando nos enteramos que estaba muerto".
Tampoco este deber de cuido es salvado con la declaración de la oficina de la sección de Traslado de Reos, con sede en San Miguel, quienes señalaron que no hicieron efectiva la orden del Juez por la falta de vehículos.
Se trata de una vida, de un ser que ni llegó a tener un juicio y cuya familia se movilizó para salvarle la vida, pues conocían su grave situación.
Los griegos y los romanos mataban a aquellos humanos que nacían con una discapacidad. Los tiraban del despeñadero. Los nazis los metieron en guetos y los exterminaron y en pleno siglo XXI....
Ojalá que tanto la FGR y la Inspectoría de la PNC funcionen. Puede ser un chiste, pero como los ilusos hipócritas dicen que hay que dar el beneficio de la duda porque este país cambió de la noche a la mañana.....je je.

Comentarios

Anónimo dijo…
los nazis fueron del siglo XX, por lo menos los alemanes....
Anónimo dijo…
Hola Ixquic. Quizá lo que voy a comentar no tenga relación directa con este post. Pero esa sensación siempre la he tenido en relación a lugares de entretenimiento. A mi me gusta llevar a mis hijos a lugares populares: zoológico, parque cuscatlán, parque de la familia, Saburo Iraho, planes de Renderos, etc. por mencionar algunos de San Salvador y vez el estado calamitoso en que están. Juegos descuidados, sucios o sin engramados. Siempre he pensado que se les da el mantenimiento mínimo para que sobrevivan.
Luego si vez la gente que mayoritariamente visita esos lugares y eres mal pensada pues ahí te salta que como es gente con pocos recursos les ofrecen lo elemental.
Si quieres algo mejorcito como puede ser el Tin Marín en el mismo parque cuscatlán tienes que pagar y ese pago muchas veces no es posible para muuuuchas familias. Y eso podría ser un paseo interesante, un poco de aire libre en el parque y actividades educativas y lúdicas en el museo. Una bonita tarde de sábado o mañana de domingo.
Mis hijos a medida que han ido creciendo disfrutan menos de esos lugares, la última vez que fuimos al zoológico fue frustante. El pequeño no lo conocía y tanto él como los hermanos iban muy emocionados a enseñarle los animales a su hermanito y todos salimos de mal humor. Mal olor, suciedad, pocos animales en fín.
Si estos lugares fueran los que la clase media visita habitualmente creo que recibirían más atención.Esa diferencia la puedes notar entre el parque de la familia y el parque balboa, no digo que el Balboa sea un parque ejemplar pero está en mejor estado que el de la familia. Claro el Balboa si es una tradicion clasemediera de fines de semana el otro no.
Yo por mi parte me resisto a confinar la diversión de mis hijos a los centros comerciales, pero es una batalla dura porque los lugares son realmente desagradables o casi puedes apostar que en la siguiente visita serán insoportables.
Anónimo dijo…
Se me olvido poner mi nombre en el comentario anterio. Cecilia Ramos.