¿Cómo olvidarlo? me lo recordó hoy un amigo. El 11 de julio de 1991 quienes estábamos en el país habíamos recibido todas las posibles recomendaciones para que el "Eclipse del siglo" no nos dejara ciegos, no nos diera mala suerte, también para proteger a los recién nacidos de sus malignos poderes, para que las embarazadas se escondieran ... y no se que más (ahh, si. Esconder a los animalitos, podían morir).
(bueno, así "semos")
Era el eclipse del siglo por su duración y trayectoria (dicen los especialistas) y era de sol. El día se hizo de noche por unos instantes y la luna --ella, linda como un velo árabe-- opacó al sol. Fue un momento precioso y espectacular. Yo hacía primer año de bachillerato, tenía un novio gruñón (hoy defensor de sindicalistas patronales) y mi papá lo había dejado quedarse con nosotros a verlo
(ugggg).
Recuerdo que la indicación era: no mirar el eclipse directamente durante el proceso, sólo se podía mirar al cielo cuando, ella y él, nos hubiesen regalado esa noche anticipada. Por eso mi papá me tenía allí acorralada sin poder salir a exponerme a los maleficios y me dejaron salir sólo para ver aquella extraña oscuridad.
*-*
Después, no recuerdo fecha exacta, llegó al país el Teatro Sol del Río y presentarían en el ¿primer festival centroamericano de teatro? (de verdad, no lo sé) la obra de Carlos Velis San Salvador, después del eclipse. Cuando vi la obra en la UCA ya no me pude reponer ... aquella historia e interpretación me habían movido el piso. Recuerdo que la historia trataba de dos parejas de salvadoreños: unos representaban a los que se fueron durante el conflicto y regresaban luego de la firma de la paz. Los otros representaban a quienes se quedaron soportando esta locura. Habían diálogos difíciles, realidades distantes y distintas, ironías. También mucho resentimiento a causa de un conflicto mal tramitado. Cada personaje tenía características de esta cultura salvadoreña (con virtudes y defectos).
No sé cuantas veces la vi. No lo sé, hoy después de dieciséis años lo recordé y me volví a quedar en suspenso, porque eso me lleva a lo siguiente:
15 o 16 años después del eclipse, después de la guerra, ¿qué se puede decir de El Salvador? salimos del eclipse? ¿seguimos en tinieblas? Si la respuesta es si, sería muy fatalista y terminaría siendo lo que critico: una quejista que ni hace, ni deja hacer. Ciertamente, el país no está pasando su mejor momento pero eso no se compara con tantas cosas que antes pasaban llevándose el alma de la gente en un hilo. Es como una espiral, los problemas no son los mismos, pero si no se resuelven resurgen --en otro nivel, en otra magnitud-- pero brotan. Así por ejemplo, la impunidad se combate con justicia, no con premios a quienes hacen daño. Y allí tenemos, la gente busca siempre formas de pedir justicia.
Por ahora, yo me siento en tinieblas, aunque miro al cielo y.....
...... él está tan lejos de ella...
Comentarios
Yo sí creo que hay avances y la blogósfera salvadoreña es un ejemplo de ello. Por supuesto, queda demasiado por hacer y poco tiempo para ello. Pero no podemos sentarnos en las sillas que hay a la vera del camino.
creo que la dirigía Velis tampoco estoy segura.
Y si..salimos lento del eclipse...