Mitos en la defensa de los derechos humanos

Hace unas semanas fui a dar unas charlas sobre derechos civiles y políticos a un grupo de personas de varios países de Centroamérica, México. Fue una experiencia muy agradable. Cayó una tormenta que nos dejó sin luz y se nos metió el agua en el salón. Así sin mirarnos y un poco mojados seguimos en la jornada que terminó siendo un intercambio muy rico.
Aunque vimos teoría (tratados, historia, normas, mecanismos de protección de derechos) el debate lo centré en la práctica, es decir, ¿cómo llevar esto a las comunidades con las que se trabaja? Entonces me preguntaron ¿de qué se trata esto? Fueron cuatro horas productivas.
Aunque esta gente se decía ajena a la defensa de derechos les hice ver que no era así, pues desarrollan un trabako interesante. A partir de varias cosas que se expresaron caí en la cuenta en algo: la defensa de derechos humanos está rodeada de muchos mitos falsos.
Los mitos
1. "Los defensores de DDHH son defensores de delincuentes" ¡falso! Quienes trabajan en este rubro representan los intereses de víctimas. Uno de los grandes aportes de la teoría de DDHH actualmente es el desarrollo de los derechos de las víctimas. Claro si un estado o gobierno comete abuso de poder o viola la legalidad de procesos penales producirá victimización en el imputado. Si eso pasa, no solo jode los derechos del "delincuente". Jode más a la víctima que a lo mejor se queda sin acceder a la justicia. Desde una perspectiva propia, creo que ver los derechos humanos desde esta perspectiva es equívoco.
2. "Los defensores de DDHH son de Izquierda" ¡falso! Porque estos derechos se reclaman contra los ESTADOS y no contra ideologías. No importa el partido de gobierno, un defensor debe actuar allí donde se comenta una arbitrariedad ¡y punto! así tan ciego como la justicia. Gobiernos de Izquierda y de derecha --con sus variantes-- han demostrado su capacidad para violar la dignidad humana.
3. "Los defensores de DDHH son abogados" ¡falso! Esto es lo que mas me interesa dejar claro cuando me piden dar charlas. Aunque siempre se necesita una asesoría técnica lo cierto es que frente a una violación de estos derechos es la conciencia (indignación y acción) de los ciudadanos lo que mueve a los sistemas de control y protección. Hay tanta injusticia que no se denuncia por desconocimiento, por desconfianza, por desmotivación. Por eso, la defensa de DDHH es un asunto de ciudadanía y no de abogansters cuadrados. Esta es una prioridad democrática ¿verdá?
Ah! pero es posible que algunos defensores lo hagan desde estas posiciones (izquierda, imputados, abogados) pero eso no quiere decir que objetivamente se trate de eso. Hay mucho error en esto y por eso hasta la credibilidad se pierde.
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había un cuarto pero el olvido lo ha borrado de mi mente....lo siento (¿es la edad? o la saturación?) Me hubiese gustado darle una mejor forma y sustento a esto...vaya escribir de verdad. Pero ya no puedo más! mañana bailo y pasado y pasado y pasado. Necesito dormir.

Comentarios

Anónimo dijo…
Un saludo desde la madre patria y ánimo, tú puedes.

Álvaro Rivera
Rocío dijo…
Te entiendo Ixquic. -los DH son profundamente políticos, por eso existen esos mitos. Por eso existen detractores. Me gustó tu post.

Saludos,
Anónimo dijo…
Aparte de mito hay "pre-juicios" debido a la saturación propagandística de demanda de respuesta a casos intrincados, es decir que después de los demandantes legítimos (familiares de las víctimas) hay segundas y terceras personas e instituciones que toman el caso y lo llevan al debate hasta banalizar. Como si en la prensa o la propaganda quisieran solucionar un caso que se debe solucionar en un tribunal.
Esos "grandes" casos opacan casos de personas humildes.

Muchas veces se utilizan los Derechos Humanos como bandera, consigna, lema... también hay sectores que proyectan la imagen que los Derechos Humanos tienen pertenencia. Luego hay voces que relativizan la trascendencia de los Derechos Humanos.

De fondo hay un problema cultural, de baja educación cívica y responsabilidad social. Esto tiene mucho que ver con el sistema educativo nacional, las relaciones familiares, la política, todo el ambito de las ideas y el sistema de valores que deja vacíos y pantanos donde crecen los hongos de la violencia en todos los sentidos y su contraparte: la impunidad.

Hay que educar a las nuevas generaciones con otro sistema de valores, no con la actitud guanaca del más listo.