Incrementan quejas en PNC

La Policía Nacional Civil (PNC) no escapa de la volatilidad electoral. Parece que su actual conducción obedece a un "interin" gubernamental: ¡terminar el periodo! Habría que preguntarse si tras la salida de Rodrigo Avila había que colocar a alguien para concluir el período o había que buscar a alguien que --con un excelente sentido de la razón y la lógica-- la conduciese a pesar del vaivén electorero, pues las necesidades así lo exigen.
bue......
La Inspectoría General de la PNC recibió, de enero a mayo, 770 demandas contra agentes policiales, número que comparado con el mismo período en el año anterior significa que hay un 8% más de denuncias (705). Esto no sólo podría significar que existen más abusos, si no que que hay más gente quejosa. En todo caso se le debe prestar mucha atención a la tendencia incremental, si es que se busca es mejorar la confianza ciudadana en la Policía y a la vez tomar medidas para contar con un cuerpo policial fortalecido.
Con el tema de las denuncias el Inspector General, Gilberto Melara Granillo, siempre dice que se esfuerza (la Inspectoría) en brindar capacitaciones a los agentes y así evitar que mas casos se reporten, pero si los números le suben habría que pensar si se está impartiendo la instrucción correcta o no.
La nota de EDM también ilustra esta situación con los números de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH), la que ha recibido 529 denuncias contra agentes policiales en lo que va de este año. La Procuraduría recibe un promedio de 105 denuncias por mes.
Hay que señalar además que aunque es importante saber cuántas denuncias se hacen también se debe conocer la cantidad de sanciones impuestas a los agentes que no cumplieron a cabalidad su función y de esto no encontré datos recientes. Para mi sorpresa me topé con una desmejora en el portal de la Corporación Policial; antes había un organigrama, datos, manuales de cada área operativa, etc. Hoy es una página hueca. Ni modo... y la foto de Rovira...pues no es atractiva.

Quizá uno de los casos de corrupción más destacado este año es el de un jefe de la División Antinarcóticos (DAN) de la PNC en la zona oriental a quien se le vinculó con la banda de Los Perrones. Además, el de otro agente de esta misma unidad policial conocido como "El Tanque" quien fue sorprendido en abril con $23,000 cuando intentaba viajar hacia Guatemala acompañado por cinco personas que tenían antecedentes de tráfico de droga. Nadie justificó la tenencia del dinero, nadie lo reclamó y no hubo detenciones. Nota aquí. A este agente la Fiscalía lo señaló como un posible informante del Reynerio de Jesús Flores y de la banda Los Perrones (quien está prófugo de la justicia tras ser alertado de su persecución penal). Después el agente "El Tanque" confesó haberse dejado corromper y pasó de sospechoso a testigo.
Aunque la Dirección y la Inspectoría policial señalaron que se trata de hechos aislados, lo cierto es que uno necesita cosas más concretas: resultados, hechos, datos, detalles, transparencia, confianza, eficacia, seguridad. Si la inspectoría tiene la información sobre las fallas de nuestros agentes, debería tener un diágnóstico claro del asunto y decir: vaya la Poli necesita X o Y refuerzo....y lo sabemos porque castigamos a estos...lo que sucede por esta razón, asi que mejoraremos..... y ...
bah..
No estoy diciendo que la Policía está podridícima, digo que hay que exigir mejor información y que cuando uno denuncia a un mal agente, contribuye. Las elecciones van y vienen... nosotros y nuestros preciados bienes* no
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*ejemplo de bienes: vida, salud, libertad, etc.

Comentarios

Anónimo dijo…
Estimada Ixquic* :



Lo que pedís sobre el nombramiento de alguien que se ocupe de la policía no para cerrar un período, sino que para cumplir simplemente su trabajo, pues implica que los políticos (en el poder) no consideren el Estado como una propiedad personal. La continuidad del Estado, la continuidad de su función hace suponer que los funcionarios están al servicio del público, de los ciudadanos. Estos aspectos del servicio público son los que crean la ilusión que el Estado es un ente que se coloca afuera de la sociedad y que no es atravesado por todas las contradicciones y antagonismos que recorren y trabajan a la sociedad. Es precisamente por eso que es necesario que exista una garantía laboral de los empleados del Estado y que no sean víctimas de los cambios postelectorales de los dirigentes políticos. Y también que estos empleados sean considerados también como ciudadanos y que tengan en su lugar de trabajo los derechos que tiene cualquier ciudadano. Me refiero a las garantías y derechos del Código del Trabajo.



La exigencia del buen trato por parte de la ciudadanía me parece un avance; que aumente el número de denuncias significa tal vez que en algunos de nuestros compatriotas el nivel de consciencia ciudadana ha crecido. Pero también la confianza en una institución clave del Estado, la justicia. Pues denunciar a un agente puede atraer perjuicios, represalias de todo tipo. El hecho de que las denuncias persistan sin que se publiquen los resultados de esta diligencia, puede también significar otra cosa, que son tantos los malos tratos, que abundan los atropellos que la gente denuncia ya no para exigir reparación y corrección del defecto, sino que para protestar, para expresar su indignación, en cierta medida, por desesperación.



Comparto pues la necesidad de publicidad de las medidas que se han tomado para enmendar cada caso y de manera general comparto también la exigencia de una conducta respetuosa y ciudadana de los agentes de la policía.



No obstante para esto es necesario que exista entre la institución y la gente un acercamiento. Por el momento la policía se coloca enfrente y en pose agresiva, dispuesta a reprimir a través del simple trato prepotente. Es el desnivel que le confiere ser agente de la fuerza del Estado el que provoca malestar, desconfianza y hasta cierto miedo en la ciudadanía en general. Si a esto se le agrega un trato privilegiado, me refiero a la impunidad, el agente convierte la autoridad que se le ha confiado, que la sociedad le ha confiado, en autoritarismo y en otros casos en despotismo.



No voy a extenderme sobre otro aspecto de este mismo problema. Me refiero que la sociedad no es monolítica y que las contradicciones y antagonismos que la atraviesan de cabo a cabo, toman forma en las políticas y acciones del Estado. Sé que en el país no se acostumbra a hablar del carácter clasista del Estado, pero me parece que este es otro de los aspectos que hay que tomar en cuenta cuando hablamos de los empleados del Estado y su trabajo. La ideología que destila la clase dominante a través del Estado, en la formación y educación de los agentes y empleados del Estado, tiene mucho que ver en la conducta de éstos. También es esto el origen de la permanente militarización de la Policía civil, de la creación de cuerpos especializados en la represión y tipo de represión.



En todo caso, me parece que lo que apuntás en tu escrito es pertinente y lo comparto. De la misma manera que estoy muy de acuerdo que no son todos los policías los que se conducen mal. Tal vez no esté podridísima la PNC, es cierto, pero lo que se ve, muestra que el fruto no está muy sano.