El diálogo, la gran lección


Hoy se llevó a cabo el coversatorio “La Importancia del diálogo y la Consolidación de la democracia: la experiencia Chilena”, organizado por FUSADES y PNUD. En él, Patricio Aylwin, ex presidente chileno, expuso su experiencia política.

Se trata de un demócrata cristiano de antaño y que actualmente se considera un hombre de centro izquierda. Llegó a la presidencia de su país para recuperar la democracia. En otro apunte coloqué un video sobre la toma de posesión, que fue muy incluyente e impresionante.

Estuvieron como comentaristas, Armando Calderón Sol, Sandra de Barraza y Fidel Chávez Mena. Por el tema, no me parecieron los comentaristas adecuados. Hay que señalar que FUSADES organiza buenos conversatorios, los que no me pierdo por la calidad de los ponentes y para contar con un mayor abanico de opiniones sobre diversos temas.

Esta Fundación que otrora fuera la que impulsara los postulados del Consenso de Washington, ahora se ha enfocado en problemas que ya no se pueden obviar: estabilidad democrática y estado de derecho. Si me alegra que se metan en esos temas es porque FUSADES es un interlocutor influyente en términos políticos.

La quiebra de la democracia

Así se denomina una obra muy buena de Juan Linz y él trata de identificar los factores que hacen caer a los regímenes democráticos, una de las causas que influyen negativamente en las democracias según este polítólogo son los sistemas de partidos cuando son multipartidistas y polarizados, circunstancia que se combina con un sistema presidencialista (uy! Parece una foto de mi país!).

Recordé esta fórmula porque Aylwin dijo: “aunque el tema que me han pedido desarrollar hoy es la importancia del diálogo y la consolidación de la democracia, debo comenzar por señalar que es la falta de diálogo político la que influye en la quiebra de la democracia”. Me gustó mucho que él colocara ese antecedente, me ayudó a comprender mejor.

El chileno relató varias cosas: que Chile en 1958 era un país dividido (en tres partes: la derecha, la izquierda y el centro) y de ahí hubo un ciclo de intransigencias de las extremas. Este ciclo llegó hasta 1973 que el congreso –luego que no hubo mayoría ganadora en comicios—le dio el gane a Salvador Allende. (Aylwin, comentó que para darle el gane a Allende hubo un pacto de partidos, quienes le pusieron algunas condiciones para gobernar denominadas “estatuto de la garantía democrática”).

Allende asumió el poder e hizo –sin diálogo—muchas transformaciones. Los mismos que le habían elegido en el congreso le retiraron el apoyo y él comenzó a desarrollar reformas administrativas y no legales, así logró estatizar empresas. A saber, utilizó resquicios legales. Según Aylwin la situación se volvió tensa en Chile, hubo gente que pedía diálogo y se intentó, pero el partido que estaba atrás de Allende se portó intransigente no hubo tal resultado.

Bueno sí hubo uno, el golpe de Estado de Pinochet y el inicio de la dictadura.

Lo que pesaba a los chilenos es que tanto derramamiento de sangre se pudo evitar si hubiese habido algo de diálogo.

Entonces el conferencista comenzó a narrar cómo en su país se recuperó la democracia, es decir, a través de un amplio diálogo. Contó como en plena dictadura muchos sectores se reunieron para analizar y elaborar propuestas. Redactaron una nueva constitución, pero Pinochet se les adelantó y logró un SI de plebiscito para su vigencia.

Don Patricio, hizo una pausa, su memoria le comenzó a juguetear y pidió que le recordaran el año que esto sucedió, y muchos le ayudaron: 1988. (detalle minúsculo dada la lucidez de su relato a sus 89 años).

Este grupo de gente representativo de la mayoría de sectores de Chile buscó consensos y el régimen cayó en las urnas, y él salió como Presidente. Nos contó que la constitución le imponía aceptar a Pinochet como jefe de las Fuerzas Armadas y que le pidió que se fuera por el bien de todos! Pero éste le dijo No! (claro nos hizo reír por el tono con el que cuenta el hecho). Prácticamente, el regreso de la Democracia exigió un régimen de cohabitación. Pero lo que verdaderamente estaba a la base era la capacidad de la mayoría de sectores de aceptar, tolerar y dialogar.

Luego los comentaristas, concluyen que este país necesita diálogo. Temo que la frase se ha ahuecado....Hace un par de semanas representantes políticos fueron a España e donde les hablaron de la Moncloa y venía igual: este país necesita diálogo.
quizá actúen cuando estemos en pleno breakdown of democracy
vaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

Comentarios

El-Visitador dijo…
«hubo un pacto de partidos, quienes le pusieron algunas condiciones para gobernar denominadas “estatuto de la garantía democrática”).

Allende asumió el poder e hizo –sin diálogo—muchas transformaciones. Los mismos que le habían elegido en el congreso le retiraron el apoyo»

Esteeee... ¡ejem! Casi casi suena como que si "le quitaron el apoyo" aleatoriamente. Pues no:

Se vieron obligados a quitarle el apoyo precisamente porque el partido de Allende, la Unidad Popular, se dedicó a violentar el "estatuto de garantía democrática" a diestra y siniestra.

Lo cual fué, precisamente, una de las justificadas razones que movieron al ejército a intervenir. Caso contrario, tendríamos hoy a Cuba Sucursal Sur, en vez del más esclarecido y pujante país latinoamericano.

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Muchos olvidan que la Unidad Popular de Allende estaba conformada por:
Partido Comunista
Partido Radical
Partido Socialista
Movimiento de Acción Popular Unitario
Partido de Izquierda Radical
Acción Popular Independiente

Sólo fichitas.
Aldebarán dijo…
Es como aquello que la Empresa privada tiene una responsabilidad social empresarial. Muchos lo dicen del diente al labio ¿Cuántos lo cumplen en realidad realmente convencidos?
Anónimo dijo…
Una cosa es comprender (acorde a una legalidad causal) un fenómeno y otra es "justificar" una dictadura.

Creo que a este señor, El Visitador, ya hay que irlo desenmascarando como lo que es: un liberal reaccionario que no es lo mismo que un liberal.
Carlos Abrego dijo…
Para narrar historias personales e interpretaciones personales, sí le haría confianza a este señor. Pero si se trata de la historia chilena, pues no me confiaría en este testimonio partidista y parcial.

El ponente esta vez no era de mucha calidad. Simplemente.

Como no me confiaría Kissinger.