¿Inquisidor o comodín?


Tras la condena de Carlos Perla, un pírrico paso se ha dado a favor de la justicia. Se califica de pírrico por dos razones: 1. todo lo que el Estado gastó (viajes y trámites, protección del testigo Orellana en casas privadas) para poder sentar a Perla en el banquillo de los acusados; y 2. haberlo condenado sólo por algunos de los actos de corrupción que se le imputaban y no por los más delicados (por el proyecto “Río Lempa II” no será juzgado).

Le dieron 15 años por construir casas con nuestra plata, por amañar licitaciones, etc. Quince, mismos que muchos quisieran imponer a las personas que participan en disturbios callejeros
¿son análogos los daños causados?

Por supuesto que hay más implicados, pero todos negociaron con la fiscalía y los jueces para que les impusieran penas excarcelables y el corrupto por excelencia, Mario Orellana, pasó de imputados a testigo criteriado.

La estrategia del inquisidor del Estado (Fiscalía) era atrapar el premio gordo, a saber, Perla y la única manera de fundamentar tal acusación era el dicho de testigos (¿hay otro tipo de prueba?) y tras meses...allí están 15 años (peculado, asociaciones ilícitas y negociaciones ilícitas. ) y algunos delitos impunes.

Vi un noticiero de la Telecorporación Salvadoreña cuando le pedían a Rodrigo Ávila su opinión, él señalaba que la Fiscalía había hecho un buen trabajo en el caso y que había que celebrarlo. Pero –agregó- su opinión personal era que la FGR no debe dejar impune a Mario Orellana, persona que ha demostrado ser un descomunal ladrón.

Acertada opinión.

Perla fue condenado a 15 años de cárcel, sin que se considerara el testimonio del ex gerente de ANDA, el señor Orellana y quien se le atribuye ser el cerebro de esta corruptela. Queda la duda si era este realmente el “premio gordo”.

Aunque Orellana participó en el juicio en la calidad de testigo contra Carlos Perla no aportó nada nuevo al proceso, ni siquiera fue considerado por el Tribunal, debido a que “cuando un testigo se encuentra con un interés marcado, hace declaraciones desestimadas, que con toda lógica resultan ser irrazonables. Nos parece que esta declaración tiene ese interés marcado”, dijo el juez Carlos Sánchez.

La conclusión de los jueces era que ese criterio de oportunidad para su testigo clave no es necesario.

Estos espejismos llamados “casos ganados” son una mala broma para la sociedad salvadoreña. Los hechos de corrupción destapados en este caso, fueron graves y eran la punta de más cosas que no se quisieron descubrir, valga citar la tapadera “probidad” en la Corte Suprema de Justicia. Tanto esfuerzo, tantos artículos, notas periodísticas, pronunciamientos, pago de fiscales, de casas de seguridad, peritajes ¿para condenar a 15 años por unos cuantos delitos a uno de los varios imputados involucrados?

Señor Safie, le ha llegado la hora de honrar su compromiso: ¿será inquisidor o comodín? Deben procesar a Orellana.

http://www.elfaro.net/secciones/Noticias/20070716/noticias11_20070716.asp




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