El Diario de Hoy publica una nota sobre la nueva propuesta y recomendación que la Comisión de Seguridad está preparando y que se leer aquí:
http://www.elsalvador.com/mwedh/nota/nota_varias_fotos.asp?idCat=2913&idArt=1292981
Se trata de remendar de nuevo a la Policía Nacional Civil (PNC). Para ser una institución joven ha tenido que soportar varias mutaciones la pobre. Sin embargo, rescatar el control interno policial es una intención que me alegra y que sólo aplaudiré hasta que sea una realidad y se haga bien (funcional).
En los Acuerdos de Chapultepec que se estableció el perfil de la nueva PNC: su carácter, fines, potestades, limitaciones, controles, doctrina, etc. Se estableció que sería integrada en un 20% por miembros de la ex guerrilla y otro porcentaje igual por elementos de la FAES, el restante 60% por civiles. Los elementos del FMLN y FAES saldrían de unos listados depurados (cumpliendo un perfil) por ONUSAL (la misión de NU para la paz), misión por la que fue duramente criticada. Pero eso es harina de otro costal.
Lo que se trae a cuenta es que el citado Acuerdo estableció la creación de un Inspector General (IG) nombrado por el Director de la PNC y el aval del Fiscal General de la República y Procurador para la Defensa de los Derechos Humanos. La idea era garantizar su autonomía, a pesar que orgánicamente dependería del Director de la PNC. Esto último fue un mal acuerdo que trató de ser salvado por quienes elaboraron la primer Ley Orgánica de la PNC (COPAZ creo) y en 1993 se dejó a la Inspectoría General como un ente independiente de la Policía Nacional Civil, ubicándola bajo la autoridad del Ministro de Seguridad Pública y el nombramiento del Inspector de dejó en manos del ministro de ese ramo.
La IG tendría como función vigilar y controlar las actuaciones de los servicios operativos policiales, que en la práctica se llevaría a cabo por dos unidades: La División de Control (para controlar cualquier servicio de policía y respeto de derechos humanos de la población) y la División de Investigación Disciplinaria (para investigar las faltas disciplinarias cometidas por algún elemento).
La PNC --que no es cualquier policía: para que existiera hubo un enrome sacrificio-- no ha sido perfecta aunque mil veces mejor que sus antecesoras, en sus catorce años de existencia su labor ha sido empañada por el actuar criminal de algunos de sus miembros, su conducción no ha sido idónea, en algún momento se utilizó políticamente por el ejecutivo, se descuidó la capacidad técnica en tareas de seguridad pública e investigación del delito, se descuidaron los incentivos positivos y negativos que deben otorgarse (o sancionar) a sus miembros, etc. Esto se suma al desgaste que la Policía sufre a causa de una creciente violencia y aunque disminuirla no depende exclusivamente de ella, los ojos están puestos en sus espaldas por el rol que (no) cumplen.
Quizá el mayor desacierto fue haber nombrado a Mauricio Sandoval como Director General, quien tuvo la ocurrencia (2001) de cambiar la Ley Orgánica y llevó a cabo un plan de “depuración”. En realidad lo que hizo fue concentrar su poder como Director: se recetó la potestad modificar la estructura institucional, se permitió disponer de partidas presupuestarias “secretas”, eliminó la regulación de derechos y los deberes de los policías; limitó los mecanismos de control interno (la IG pasó bajo su jerarquía).
Con su ilustre cabeza o cabecita, Sandoval logró varias cosas: que la IG perdiera credibilidad, expulsó arbitrariamente a cientos de policías que luego tuvo que indemnizar (con nuestro dinero, por supuesto), abanderó los planes de mano dura que desprestigió y debilitó públicamente a la corporación policial.
Con la IG Sandoval decidió cambiar su estructura y le reasignó funciones. Quedaron bajo su estructura: Unidad de Control Interno, de Investigación Disciplinaria, de Asuntos Internos y de Derechos Humanos. Y además debía coordinar su trabajo con la Unidad de Auditoría Interna y el Consejo de Ética Policial. Aun que no era del todo descabellada asociar unidades afines, sin recursos difícilmente rendiría.
Desde esa reforma, poco se conoce de la labor que realiza la Inspectoría, ni de sus logros o el impacto de sus sanciones para evitar que se repitan actos arbitrarios. Lo que está claro es que quien vigila debe ser autónomo del vigilado.
Ojalá!
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Esta es una resolución de la PDDH que detalla información:
http://www.pddh.gob.sv/docs/informeinspectoriaconanexos.pdf
reglamento: http://www.pnc.gob.sv/la_organizacion/marco_legal/REGLAM%20LOPNC.doc
Se trata de remendar de nuevo a la Policía Nacional Civil (PNC). Para ser una institución joven ha tenido que soportar varias mutaciones la pobre. Sin embargo, rescatar el control interno policial es una intención que me alegra y que sólo aplaudiré hasta que sea una realidad y se haga bien (funcional).
En los Acuerdos de Chapultepec que se estableció el perfil de la nueva PNC: su carácter, fines, potestades, limitaciones, controles, doctrina, etc. Se estableció que sería integrada en un 20% por miembros de la ex guerrilla y otro porcentaje igual por elementos de la FAES, el restante 60% por civiles. Los elementos del FMLN y FAES saldrían de unos listados depurados (cumpliendo un perfil) por ONUSAL (la misión de NU para la paz), misión por la que fue duramente criticada. Pero eso es harina de otro costal.
Lo que se trae a cuenta es que el citado Acuerdo estableció la creación de un Inspector General (IG) nombrado por el Director de la PNC y el aval del Fiscal General de la República y Procurador para la Defensa de los Derechos Humanos. La idea era garantizar su autonomía, a pesar que orgánicamente dependería del Director de la PNC. Esto último fue un mal acuerdo que trató de ser salvado por quienes elaboraron la primer Ley Orgánica de la PNC (COPAZ creo) y en 1993 se dejó a la Inspectoría General como un ente independiente de la Policía Nacional Civil, ubicándola bajo la autoridad del Ministro de Seguridad Pública y el nombramiento del Inspector de dejó en manos del ministro de ese ramo.
La IG tendría como función vigilar y controlar las actuaciones de los servicios operativos policiales, que en la práctica se llevaría a cabo por dos unidades: La División de Control (para controlar cualquier servicio de policía y respeto de derechos humanos de la población) y la División de Investigación Disciplinaria (para investigar las faltas disciplinarias cometidas por algún elemento).
La PNC --que no es cualquier policía: para que existiera hubo un enrome sacrificio-- no ha sido perfecta aunque mil veces mejor que sus antecesoras, en sus catorce años de existencia su labor ha sido empañada por el actuar criminal de algunos de sus miembros, su conducción no ha sido idónea, en algún momento se utilizó políticamente por el ejecutivo, se descuidó la capacidad técnica en tareas de seguridad pública e investigación del delito, se descuidaron los incentivos positivos y negativos que deben otorgarse (o sancionar) a sus miembros, etc. Esto se suma al desgaste que la Policía sufre a causa de una creciente violencia y aunque disminuirla no depende exclusivamente de ella, los ojos están puestos en sus espaldas por el rol que (no) cumplen.
Quizá el mayor desacierto fue haber nombrado a Mauricio Sandoval como Director General, quien tuvo la ocurrencia (2001) de cambiar la Ley Orgánica y llevó a cabo un plan de “depuración”. En realidad lo que hizo fue concentrar su poder como Director: se recetó la potestad modificar la estructura institucional, se permitió disponer de partidas presupuestarias “secretas”, eliminó la regulación de derechos y los deberes de los policías; limitó los mecanismos de control interno (la IG pasó bajo su jerarquía).
Con su ilustre cabeza o cabecita, Sandoval logró varias cosas: que la IG perdiera credibilidad, expulsó arbitrariamente a cientos de policías que luego tuvo que indemnizar (con nuestro dinero, por supuesto), abanderó los planes de mano dura que desprestigió y debilitó públicamente a la corporación policial.
Con la IG Sandoval decidió cambiar su estructura y le reasignó funciones. Quedaron bajo su estructura: Unidad de Control Interno, de Investigación Disciplinaria, de Asuntos Internos y de Derechos Humanos. Y además debía coordinar su trabajo con la Unidad de Auditoría Interna y el Consejo de Ética Policial. Aun que no era del todo descabellada asociar unidades afines, sin recursos difícilmente rendiría.
Desde esa reforma, poco se conoce de la labor que realiza la Inspectoría, ni de sus logros o el impacto de sus sanciones para evitar que se repitan actos arbitrarios. Lo que está claro es que quien vigila debe ser autónomo del vigilado.
Ojalá!
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Esta es una resolución de la PDDH que detalla información:
http://www.pddh.gob.sv/docs/informeinspectoriaconanexos.pdf
reglamento: http://www.pnc.gob.sv/la_organizacion/marco_legal/REGLAM%20LOPNC.doc
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