Aunque se trate de evadir, la mayoría de personas y espacios noticiosos sólo se dedican a reflexionar sobre los asesinatos de los diputados en Guatemala y los posteriores asesinatos de los asesinos (vale la redundancia).
Generalmente mantengo comunicación con gente que trabaja en la Fundación Mack de Guatemala y cuando nos reunimos nos encanta hacer paralelos sobre impunidad en nuestros paisitos. De hecho esa Fundación ha hecho una publicación sobre “el poder oculto” como le llaman al crimen organizado en ese país.
Guatemala está cerrando un ciclo de 10 años de haber firmado la paz y nosotros 15. Pero una de las cosas que solemos discutir es el tema de las “nuevas” policías, pues aún con todo el buen empeño de las partes involucradas fueron contagiadas con elementos viciados de las etapas anteriores.
Por otra parte los grupos paramilitares, escuadrones de la muerte y los guerreros (de ambos bandos) cesantes no fueron temas suficientemente atendidos, los soltamos sin seguirles la pista. Una vez terminado el negocio de la guerra (pues de alguna manera eso era un empleo) estos de algo tenían que vivir.
Lo cierto es que estos años, el crimen organizado tomó fuerza y entonces aparecieron los secuestros, el trafico de drogas, de personas (especialmente de niñas). Cuando esos casos trascienden resulta que hay policías involucrados, hay abogados, fiscales y jueces pagados. Incluso ha habido reportajes periodísticos que ha establecido con claridad las conexiones institucionales de bandas traficantes y las arbitrariedades judiciales, se adelantaron a lo previsible: im-pu-ni-dad y nadie ha hecho nada!
-----------La impotencia es la falta de poder para hacer algo--------------
Por si fuera poco, tuvimos un narco diputado. En Honduras este tipo de delincuentes asesinaron a un diputado[1]. Pero lo que sucedió en estos días es demasiado descarado y se nota que hay voluntad -de alto nivel- para dejar el caso “quemado”, de difícil solución. Lo que de verdad asusta, es la capacidad de organización y poder que tienen aquellos que actúan fuera de la ley, porque así cambia la cosa.
Hace algún tiempo leí a Manuel Castells, un folleto que llegó a mis manos pero formaba parte de su libro “La era de la Información, Economía, Sociedad y Cultura”. El cap. 5 hace alusión al “Estado impotente”, llamando así al Estado-Nación al que muchos nos aferramos infructuosamente (que yo he ido soltando con el tiempo).
Castell dice que “el control estatal sobre el espacio y el tiempo se ve superado cada vez más por los flujos globales de capital, bienes, servicios, tecnología, comunicación y poder”. Esto lo podemos observar con claridad, las empresas van a mil años luz, han desarrollado formas de relacionarse más allá del Estado que es soberano allí donde nacen. El internet no tiene fronteras territoriales, niños en computadoras les salen mil veces adelante a las autoridades.
Lo mismo sucede con el crimen organizado, este tiene una estructura que va más allá de la frontera de un estado y quizá mas de tres. Posiblemente, se trata de redes regionales y lo que un Estado haga para combatirlas poca trascendencia podrá tener. Porque éstos también se han globalizado y están más allá de esas fronteras soberanas.
¿Imponentemente soberana?
Generalmente mantengo comunicación con gente que trabaja en la Fundación Mack de Guatemala y cuando nos reunimos nos encanta hacer paralelos sobre impunidad en nuestros paisitos. De hecho esa Fundación ha hecho una publicación sobre “el poder oculto” como le llaman al crimen organizado en ese país.
Guatemala está cerrando un ciclo de 10 años de haber firmado la paz y nosotros 15. Pero una de las cosas que solemos discutir es el tema de las “nuevas” policías, pues aún con todo el buen empeño de las partes involucradas fueron contagiadas con elementos viciados de las etapas anteriores.
Por otra parte los grupos paramilitares, escuadrones de la muerte y los guerreros (de ambos bandos) cesantes no fueron temas suficientemente atendidos, los soltamos sin seguirles la pista. Una vez terminado el negocio de la guerra (pues de alguna manera eso era un empleo) estos de algo tenían que vivir.
Lo cierto es que estos años, el crimen organizado tomó fuerza y entonces aparecieron los secuestros, el trafico de drogas, de personas (especialmente de niñas). Cuando esos casos trascienden resulta que hay policías involucrados, hay abogados, fiscales y jueces pagados. Incluso ha habido reportajes periodísticos que ha establecido con claridad las conexiones institucionales de bandas traficantes y las arbitrariedades judiciales, se adelantaron a lo previsible: im-pu-ni-dad y nadie ha hecho nada!
-----------La impotencia es la falta de poder para hacer algo--------------
Por si fuera poco, tuvimos un narco diputado. En Honduras este tipo de delincuentes asesinaron a un diputado[1]. Pero lo que sucedió en estos días es demasiado descarado y se nota que hay voluntad -de alto nivel- para dejar el caso “quemado”, de difícil solución. Lo que de verdad asusta, es la capacidad de organización y poder que tienen aquellos que actúan fuera de la ley, porque así cambia la cosa.
Hace algún tiempo leí a Manuel Castells, un folleto que llegó a mis manos pero formaba parte de su libro “La era de la Información, Economía, Sociedad y Cultura”. El cap. 5 hace alusión al “Estado impotente”, llamando así al Estado-Nación al que muchos nos aferramos infructuosamente (que yo he ido soltando con el tiempo).
Castell dice que “el control estatal sobre el espacio y el tiempo se ve superado cada vez más por los flujos globales de capital, bienes, servicios, tecnología, comunicación y poder”. Esto lo podemos observar con claridad, las empresas van a mil años luz, han desarrollado formas de relacionarse más allá del Estado que es soberano allí donde nacen. El internet no tiene fronteras territoriales, niños en computadoras les salen mil veces adelante a las autoridades.
Lo mismo sucede con el crimen organizado, este tiene una estructura que va más allá de la frontera de un estado y quizá mas de tres. Posiblemente, se trata de redes regionales y lo que un Estado haga para combatirlas poca trascendencia podrá tener. Porque éstos también se han globalizado y están más allá de esas fronteras soberanas.
¿Imponentemente soberana?
Sí, al menos esa es mi única certeza esta noche.
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Comentarios
Discrepo enormemente de vos.
El Estado es más poderoso que nunca. Me saca plata de la cartera en la mañana cuando compro gasolina, y me dice que se lo va a gastar en carreteras, por ejemplo ---cuando antes siempre me habían dicho que mi IVA y mi Renta eran para eso. El Estado ahora pretende mequetrefear cuando yo esté "comprando algo demasiado caro" cuando por miles de años, cómo un tonto se separaba de su dinero era un problema entre comprador y vendedor.
Ese rollo que te echaste de la narcocorrupción, por ejemplo, es flojísimo. No porque los narcos sean multinacionales es cierto que sean incontrolables. Un El Salvador con buena Policía, Cortes, y Cárceles podría hacer de éste país el purgatorio de los narcotraficantes. Se irían por los países de la vecindad, porque sabrían que aquí les cortamos las manos.
Ejemplos: Singapur. Arabia Saudita. Países rodeados de territorios donde harto se trafica drogas, en un caso, y alcohol, en el otro.
¿Sufren de los traficantes? No.
En un sitio los fusilan. En el otro los cuelgan o les cortan las manos.
Los salvadoreños estamos en libertad de que no nos agrade el fusilamiento o la cercenación de extremidades; pero también estamos, entonces, otorgando libertad a los traficantes, mafiosos, secuestradores, asesinos, y extorsionistas, de deambular por nuestra patria, sin miedo a las penalidades.
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No digo "atengámosnos a las consecuencas", simplemente porque ya vivimos con ellas.
Tenemos derecho a acogernos a mitologías de "derechos humanos" inventadas por suizos para suizos, pero también tenemos derecho a vivir con las consecuencias de nuestra ingenuidad.
Tu aludes a Estado poderoso porque te quita el dinero con la renta, el iva, el fovial. Porque se mete a regular el mercado y porque hay una comisionada que hace recomendaciones sobre la canasta básica y otras cosas. Y te sentís ofendido por ese poder.
Yo como ciudadana, he cuestionado actos de poder –desde una multa, hasta otros....- y no me ha importado hacerlo contra el Estado, a mí nadie me va hacer nada y estoy en mi derecho de hacerlo. Pero jamás dudaría en cuestionar a un marero que me pide renta, yo la pago sin cuestionar porque reconozco en él otro tipo de poder. (y mira que pongo el ejemplo de un simple pandillero)
En cambio, en el apunte me he referido al Estado-nacional que ha perdido poder porque no me protege, porque no controla lo que sucede en su territorio y si lo hace, existen fenómenos que tienen una complejidad tal que minimiza sus efectos: como el narcotráfico. ¿O qué? ¿los narcos Colombianos ya no nos visitan porque agarramos un par de lancheritos...? ¿fue la PNC o el Estado salvadoreño SOLO quien dio con Eliu Martínez? ¿qué impacto tienen esos lánguidos casos en las redes que se pasean en Centroamérica?
“No porque los narcos sean multinacionales es cierto que sean incontrolables”, claro si!. En un mundo globalizado no se pude soñar en cerrar fronteras: en la lógica de la libre circulación de bienes y personas también circulan “otros” bienes y “otros” peronajes. Yo parto de lo que hay y no de lo que debería haber (cosa que tu si colocas).
Ahora bien, si considero las condiciones ideales, -buena Policía, Cortes, y Cárceles- pues claro!!!!!!! Allá tu si prefieres ver las cosas así. En este apunte no es esa la intención, aunque me encantaría ser tan crédula como vos.
Sobre la pena de muerte....quizá te equivocaste de blog, no he escrito al respecto. Ni siquiera opiné en tu bitácora, alguna vez creo que te dije que eso no funciona con la gente que tiene patrones psicológicos distorsionados. Y que bueno que ahora lo sumes a tu posición. Quedan los cuerdos
¿los inhibe saber que moriran? No lo sé
Guatemala esta junto a El Salvador en la lista de los 10 países más violentos y tiene pena de muerte. Quizá sólo matan y secuestran los locos en ese país. Yo vi en 1996 cuando transmitieron por televisión el fusilamiento de dos hombres en ese país, uno de ellos sobrevivió y le dieron un tiro de gracia. Por alguna razón, me sentí miserable, sensación que no olvido.
Por eso admiro a quienes se saben plantar con argumentos amorales así da igual si hablamos de personas, animales o cosas.
Hasta donde se, Guate tiene un proyecto de abolición de la pena capital.
Ahora, legalmente hay un problema técnico. La tendencia mundial ha sido abolir esta penalidad. La Convención Interamericana de Derechos Humanos –ley de la República y no es un mito- la prohíbe a quienes no la tienen establecida, sólo la permite a los estados que la tenían al momento de ratificarse esa Convención. Ninguna ley podría establecerla
*.*
Me has dicho que creo en mitos y que soy una ingenua. Yo soy abogada que trabaja en la defensa de derechos humanos, ese camino por mí elegido me ha permitido tocar fondo en los recovecos de este país, le da sentido a mi vida toda.
Por eso respeto tu opinión y te apoyaría si alguna vez tus derechos estuvieran amenazados,
Felicidades por tu aniversario, siempre eres bienvenido en esta bitácora. Personalmente me encanta el dialogo con vos,
Saludos cordiales,
"Yo parto de lo que hay y no de lo que debería haber (cosa que tu si colocas)."
Me declaro culpable. Y es que, llamame idealista, pero no me resigno, aún, a aceptar el ambiente en que vivimos. Donde el Estado no cumple su más elemental función, que vivamos en paz, pero al mismo tiempo la gran mayoría de los salvadoreños automáticamente creen que ése mismo Estado incapaz de lo más básico les debe:
negociar precios en general, darles entretenimiento, cuidarles las plantitas, aculturar a las mujeres, financiarles la casa, garantizarles transporte a precios debajo del mercado, curarle a los sidosos, conseguirles turistas, regalarles el agua, subsidiarles la caña y el café, construirles calles (pero no botar un sólo palito en el proceso), prohibir películas "inmorales", conseguirles buenos precios en celulares y que no les cobren por minuto, que les controlen qué se puede exportar, que les manejen los puertos y aeropuertos, que les digan dónde construir y dónde no, que les "regulen" la sanidad de los alimentos, pero sólo los que venden en el súper, porque los de la calle y del mercado y del conchódromo no hace falta, que les ofrezcan talleres de escritura y de danza, que les prohíban los triciclo-taxis por inseguros, que les subsidie y les controle el deporte, que les acepten más estudiantes universitarios aunque no cumplan con las notas mínimas, que les den crédito a precios subsidiados...
...en fin, sólo por mencionar a algunas.
Ante cualquier anuncio de cualquier iniciativa del gobierno, nunca he escuchado a un salvadoreño decir "qué desperdicio que el gobierno se va meter a eso." Lo menos que un salvadoreño dice es "ojalá y que sea cierto...", sin ponerse a pensar que los recursos a éso dedicados significa menos recursos para mantener la Ley y el Orden...
significa la realidad de hoy del Estado Impotente... pero es una realidad que no estoy dispuesto a aceptar.
Gracias por los saludos, un saludo a vos también.