La siembra de 1992

Después de 15 años existen diferentes lecturas sobre el proceso de paz salvadoreño. Es ilógico que en un país tan pequeño exista tanta distancia y variedad de opiniones sobre una misma realidad, porque han llegado a ser totalmente contradictorios entre sí.

Eso sucede porque este es un país de contrastes, situación así manejada por quienes han gobernado y quienes no supieron diseñar e implementar estrategias (de negociación) para revertir las contradicciones.

La lectura oficial –obviamente- es positiva y hasta irreal, pero ha servido de plataforma para quienes emiten opiniones matizadas y las exponen en los diferentes espacios de entrevistas y columnas periodísticas .

Lo cierto es que no se puede negar que El Salvador de 1990 no es el mismo, pues hay cambios importantes, algunos positivos y otros negativos.

La falta de un balance común responde y depende “desde” donde se hace la avaluación: tribuna partidaria (e ideologizada), interés social o económico concreto o desde la tumba de un ser amado muerto por alguna circunstancia del conflicto, por ejemplo. Peor están aquellos que ni idea tienen de lo sucedido.

Quizá ya no se trate de buscar nuevos horizontes (como muchos lo intentan), sino renovar nuestros ojos y darnos la oportunidad de contar con una mirada diferente y clara, con futuro.

Desde una perspectiva política -los Acuerdos de Paz son un pacto político, es decir, un arreglo entre dos o más actores que tienen poder para decidir e implementar tales decisiones sobre la base de unos intereses concretos que no necesariamente son los de la sociedad a la que pertenecen. Así las cosas no es casual que fueran los aspectos políticos los que más se cumplieran en El Salvador, concretamente, el cese del conflicto armado y la instauración (ojo, no consolidación) de instituciones para la vida democrática (pensando en democracia como régimen y no como sistema)[1]. Lo demás es letra, es paja, papel, romanticismo.

Pero hay una realidad: allí se dio un “pacta sun servanda” (PACTO ES LEY ENTRE PARTES) y debe cumplirse. Los Acuerdos de Chapultepec tienen cuatro objetivos como puntos cardinales: cese de fuego, respeto irrestricto de los DDHH, democratización del país y la reconciliación de la sociedad. En honor a la verdad, los actores políticos deben reconocer y la sociedad salvadoreña señalar, que tales objetivos –a excepción del primero- no fueron honrados.

Aunque en 1992 nadie aseguró que estábamos a las puertas del paraíso, con un poco de empeño y voluntad tales objetivos se hubiesen cumplido y tuviésemos otra calidad de vida, instituciones fuertes, ciudadanía activa, una sociedad menos violenta, en definitiva todo aquello que va ligado a una idea integrada de paz.

Dado que la palabra “paz” es tan polémica y no es unívoca hay que meditar sobre ella, esa oportunidad nos la dieron nuestros diputados al denominar al 2007 “el año de la paz social”, así que no hay que quedarse callada o callado.

Generalmente entendemos que paz es la finalización de un conflicto armado, pero ese sólo es el punto de partida de un proceso, sigue la fase del pos conflicto la cual es importantísima.

Esta fase es la que cimienta un nuevo sistema social, político, económico: instituciones, actores, valores, planes, cultura política etc. Todo cuanto es imprescindible para la vida democrática de calidad, pues allí está la posibilidad de "gestionar" correctamente los conflictos. Valore Usted, ¿cómo se trabajó esta fase? Mal!
¿Cómo es posible que no exista control sobre financiamiento de partidos políticos? ¿por qué no se cumple la ley? ¿porqué no hay funcionarios independientes que combatan la corrupción?¿porqué dejaron que Peñate Polanco destruyera la PDDH? (porque no logra levantarse de dónde la dejó) ¿porqué dejaron que la criminalidad nos comiera? ¿porqué no hay movimiento social? (estructurado, organizado, con objetivos y estrategias sensatas, legítimas y razonables) ¿porqué no hay centro político? ¿porqué la izquierda no ha querido hacer alianzas con diferentes sectores? ¿porqué nos enseñaron e impusieron la idea de los crímenes perdonables (impunes) como los de la guerra? etc.

Si se hubieran instaurado los pilares aludidos, la convivencia, tolerancia, el capital social, el ejercicio de ciudadanía serían hoy factores determinantes en la resolución de los problemas. Pero al contrario, ahora este país no hace más que lamentar y lamentar.

¿El Salvador está recogiendo su cosecha? pues sí.
Ojalá que podamos volver a sembrar. Al menos yo me apunto, y mi niña es buen abono.

*Nota: Agradezco a "Arcano" ( http://leonramos.blogspot.com) su trabajo con las fotos de las monedas y a otro "anónimo" el ofrecimiento y préstamo de sus monedas de colección. Bonitas, aún en colones.
[1] El proceso de transición democrática salvadoreña inicio en octubre de 1979.

Comentarios

Anónimo dijo…
Muy buen post. He creado un enlace en mi resumen de blogs Salvadorenas en Global Voices