Ayer anduve cerca de la Feria Internacional, era algo asombroso: había un cordón de seguridad compuesto por bloqueos de calles, alambres razor, antimotines, patrullas, etc. Por un momento pensé que si bien debe haber seguridad por la presencia de presidentes de otros países, el despliegue era exagerado.
¿Hay algún lugar del mundo en el que la paz la celebre una elite, custodiada por antimotines?
Si, mi país, El Salvador.
Atrás del “razor” habían sobrevivientes del conflicto armado.
Atrás del razor también estaba yo.
*agregué un par de fotos más.
Comentarios
humorosa observación. celebrando la paz escudados por hombres armados, mientras le quitan el derecho a los honrados ciudadanos de escudarse con armas.
me parece que vos también sos sobreviviente del conflicto armado, así que no entiendo la diferenciación en tu párrafo último.
Hago la distinción porque he escuchado tantas cosas graves que le sucedieron a tanta gente: masacres, separaciones forzadas, desapariciones, ejecusiones...
otros combatían en ambos bandos, otros huyeron del país (exiliados) por necesidad...
mientras yo estaba en una casa, acá en San Salvador, hacía gimnacia, ballet....
Si hubo muchas cosas que me pegaron, vi muchísimos muertos(no se porqué siempre trataba de verlos) un primo desapareció, y para la ofensiva me puse muy mal. Pero jamás eso se comparará a lo que la gente a la que hoy conozco vivió, ellos han cambiado mi vida y yo respeto esa distancia, me honrra acompañarlos y conocerlos.
en realidad, las correspondientes generaciones somos sobrevivientes...
gracias por comentar.
La consideración del perímetro la hice en el post y por supuesto que dije que era lógica, pero el despliegue fue exagerado.
Lo de sobreviviente, es opinión de EV, yo no puse eso el post. Pero lo retomé en los comentarios pero el sentido no era individual, más bien en la línea de hablar de generación.
¿si? Hay gente de mi edad que si fue sobreviviente de masacres, de guidas. Les tocó vivir eso a pesar de ser niños. Es más, que decir de los samuelitos, los niñitos desaparecidos, etc. ¿ellos que son de mi generación, fueron también testigos?
Pero ya hablando de mi persona, en mi comentario anterior dije que yo conozco verdaderos "sobrevivientes" y entre lo que ellos vivieron y yo (individualmente)viví hay una distancia (un abismo) y que eso lo respeto.
Puedo asegurar que la mayoría de los que crecimos en SS, no conocimos DE VERDAD el horror de la guerra hasta 1989.
Sólo para ilustrar le cuento que el 16 llegamos pocas personas, algunas organizaciones de derechos humanos, organizaciones de mujeres, comité de víctimas sobrevivientes del conflicto (Tecoluca) y personas que individualmente quisieron acompañar.
no eramos muchos, y la mayoría eramos mujeres. Nos acompañó una batucada. Algunas personas tenían invitación para ingresar y prefirieron quedarse allí. Muy tranquilo todo.
Del otro lado, los antimonites llamaron más antomonites, llegó el refuerzo (un bus), se colocaron los cascos, unieron los alambres y pusieron candado, encendieron carros, luces y se puesieron todos juntitos.
Nosotros...nos nos reímos y nos pusimos en lo nuestro, leer, cantar, hablar...
Esa imagen, es la que me pareció paradógica y es la que le da sustento a este post.
Una reflexión final. Yo admiro a las generaciones que me anteceden, a veces creo que tuvieron que pagar muy caro para que yo hoy esté escribiendo estas cosas en la computadora. Y es una deuda que hay que honrrar como sociedad.
Pero hay un presente y hay personas que están llamadas a tener roles protagónicos. Allí es dónde quizá mi generación debe ser consecuente y consciente (leer hacia atrás).
Nadie puede deslegitimar lo que alguien piensa y hace por el hecho de haber vivido o no un momento histórico.
Hace años un ex guerrillero, amigo mío y un gran abogado me hizo esa observación.
Gracias por comentar, eres bienvenido.
Todos somos sobrevivientes.
Los que pelearon; los que dieron clases enmedio de una guerra; los niños que oyeron una balacera mientras sus padres los metían a un cuarto entre colchones; los que se fueron; los que les mataron un primo; los que se quedaron sin luz en la oficina y con angustia por sus familiares; los doctores que fueron a curar enfermos de cáncer rodeados de "operativos" y "ofensivas"; los que vendieron sus negocios; los que continuaron sus empresas y mantuvieron a sus empleados a pesar de todo; los que emigraron; los niños que vieron a su primer muerto no como un anciano, apacible, en la funeraria, sino como un joven tirado en la calle, con el cráneo roto.
Si los salvadoreños nacidos antes de 1992 no somos sobrevivientes, si no pagamos todos un precio por la locura, ¿cómo definimos "sobreviviente"?