Homenaje fallido

Hace unos tres años aproximadamente, el director del grupo con el que bailo nos propuso trabajar en un homenaje a María Teresa Guerra de Arene, quien fue maestra desde la fundación de la Escuela Nacional de Danza (END) en 1951 y posteriormente fue directora por 11 años (1970-1981).
Nos pareció una excelente idea, pues en este país se suelen hacer reconocimientos cuando la gente fallece y hasta entonces las nuevas generaciones se dan cuenta que estas personas existieron. Pero fundamentalmente, queríamos reconocer el aporte de ella, como directora de la END, a la danza “moderna”, por ser quien la introdujo a la Escuela, específicamente en 1972. Guerra de Arene trajo al país a los maestros norteamericanos Jack y Janet Nightingale.[1]
Una bailarina habló con el hijo de Guerra de Arene (Alberto) y él nos facilitó un pequeño y cálido encuentro con ella, aprovechando que estaba en el país. Cuando llegamos a su casa, nos encontramos con una hermosa señora de avanzada edad que estaba feliz de conocernos y sus ojos, café miel, brillaban de ansiedad por iniciar la conversación. Se nos advirtió de un problema de salud que podía bloquear sus recuerdos, pero ella dijo que al contrario “recordar” es un ejercicio recomendado por su doctor. (por eso hay que dar el beneficio de la blanca fantasía o confusión a sus memorias).
A mi me pareció genial conocer a una de las hijas de uno de los grandes intelectuales de este país: Alberto Guerra Trigueros, poeta, crítico de arte y director del periódico PATRIA.
María Teresa Guerra nació en Europa y llegó al país con su padre cuando tenía siete años, y cuando creció fue a México donde tomó clases de ballet y flamenco. Nos dijo que bailó en una compañía y que hasta la invitaron a participar en una película en un papel chico en ese país.
Comentó que cuando regresó al país, una noche su padre le pidió que lo acompañara al teatro a escuchar un concierto de violonchelo –su instrumento favorito– y accedió de mala gana. La sorpresa fue que desde esa noche quedó encantada con el ejecutante (cuyo nombre no tengo, pero era de apellido Arene), con quien se casó posteriormente. (mientras contaba esta historia, miraba la foto en blanco y negro del músico ejecutando su instrumento).
Cuando Galindo Pohl llegó como Ministro de Educación la llamó para colaborar en la END y a su esposo para dirigir la Escuela Nacional de Música (dato que debo corroborar). Por esta época, he leído que también murió su padre.
Durante la década de los setenta gestionó con México, Estados Unidos de América y Guatemala la colaboración de maestros de danza moderna, pero hubo reacciones encontradas en los padres de familia, algunos llegaron a decir que era “vulgar”, ella ríe en ese momento. Luego explica “es que esa danza era más expresiva: el amor, los celos.... diferente al ballet que es matemático y frío!”
Nos contó muchas anécdotas, pero realmente era cansado para ella, buscar en sus recuerdos respuestas para satisfacer el acoso de nuestras curiosidad. Según lo que me han contado (y se lo preguntamos), ella no fue invitada por la END cuando celebró sus 50 años en el 2001. Una vergüenza, pero esto sucede aquí.
El 2003 fue un año difícil para el grupo y finalmente este proyecto no se realizó, yo me quedé con la grabación que hice en video de esta conversación pero además me quedé con un grato recuerdo.
[1] Escuela Nacional de Danza (Ministerio de Educación). Revista Anual . 1982.

Comentarios

Anónimo dijo…
Hola! mira hace ratos estoy leyendo tu blog y me parece excelente. Me gustaria linkearlo al mio, acabado de nacer. se puede?
salu!
ixquic* dijo…
claro que se puede! y Bienvenida.
MB dijo…
Solicitando permiso para publicar este post con el debido crédito al autor en el próximo número de El ojo de Adrián (enero 2007).
www.elojodeadrian.blogspot.com