Una madre perdida


Cuando supe que estaba embarazada, creí que era una ironía de la vida.
Conocí al padre de mi hija a los veintiún años y fue un noviazgo que sólo duró dos vueltas al sol, siempre supe que no sería una relación de largo plazo y finalmente terminamos. Días después me di cuenta que estaba embarazada.
Enmudecí una semana y luego reaccioné:
¡esto es lo que siempre quise! ¡tiene que ser una niña!
Entonces se lo comuniqué al progenitor dejando claro que eso no haría variar en absoluto nuestros términos. Le pedí que me acompañara a decírselo a mis padres y él pobre no pudo hablar.
Yo sí, expuse los hechos, acepté por ambos las responsabilidades y enuncié las decisiones. Mi mamá me hizo una mirada fulminante y mi papá no reflejó otra cosa que ternura y complicidad.
Quizá en ese momento consideré la maternidad como un reto más de la vida. Por eso, comencé a cantar por todos lados mi gravidez. Para algunas personas el hecho era gracioso, porque pensaron que lo hice a propósito. Seguí tomando clases danza contemporánea y hasta cobré más agilidad en las clases y presentaciones, pero con el tiempo parecía un "huevo" bailando, pero parecía que a la nena eso le gustaba: el movimiento. De lo contrario era muy inquieta. Mis amigos de la Universidad no me creyeron hasta que fue notorio, sobre todo porque ese año elevé mi CUM y llevé mas materias de las necesarias.

Es que un embarazo ¿no es una buena razón de felicidad?

Cuando tenía casi los 9 meses me desesperé, ya no soportaba esa panza. El doctor me dijo que la bebé nacería un 3 de enero, así que ese día me fui al Hospital. Mi papá estaba molesto conmigo porque él pagaría los gastos de un hospital privado y yo quería aventurarme en Hospital público de Maternidad y así lo hice.

Estaba realmente desesperada. Aquí comencé a darme cuenta de qué se trataba todo este asunto del parto. Un médico me dijo que me revisaría (horrible) y advirtió que la bebé estaba al revés, me tomó una radiografía y allí estaba: sentada (le pelaba nacer!)

Yo no tenía dolores, simplemente me llegué meter al hospital y el doctor me dijo que de todas formas sería una cesárea: ¿le damos o no? me dijo, y acepte.

Me prepararon y me dijeron: “en 15 minutos estará afuera”. Y ya iba al quirófano -contenta- cuando una mujer gritaba del dolor y también sería intervenida de esa forma. Le dije al doctor que mejor la operara a ella y luego a mí (ellos la ignoraban). Me durmieron la mitad del cuerpo y una doctora graciosa me operó. Todo el tiempo estuvo contando chistes y yo estaba ansiosa por conocer a mi hija y por ratos me reía.

A los 15 minutos, me hicieron una fuerte presión y entonces salió. Esto es mágico, jamás en la vida me sentí caer en un vacío pero de felicidad, totalmente fuera de mí era como si el alma se hubiera salido del cuerpo (es un momento difícil de describir). Vi sus ojos negros, la cabeza redondita, cuerpo de renacuajo, tan indefensa.... habíamos compartido el cuerpo y hasta ese momento nos pudimos conocer.

Pero esa felicidad se fue al carajo cuando se la llevaron y me dijeron que debían terminar la operación. Entonces comencé a sentir frío (¡claro la adrenalina se fue!) y al no sentir mis piernas me dio un ataque de pánico y traté de sentarme, pero estaba literalmente amarrada, lo que indica que esto sucede siempre. Por eso me inyectaron para dormirme completamente.

Estuve en un cuarto con otras mujeres, yo era la más vieja, todas eran madres a los 15!. Mi hija estuvo cerca de mis costillas todo el tiempo y no podía moverme por el dolor (mil veces horrible). Casi le quiebro el cuello cuando la hice llegar rodando a mis pechos ayudada con una mano. Ella lloraba de hambre, y yo no había "caído en la cuenta" que debía alimentarla con mis senos (mujer ignorante, además). pero ella sólita me lo hizo saber, bueno a mi cuerpo del que bebió leche por mas de un año.

Entonces pensé que la vida es más complicada de lo que parece, que ser mamá no era tan sencillo y andaba bastante perdida. 

Me contaron luego que el papá de mi nena estaba detenido en algún lugar costero del país por haberle quitado un “cono” a un PNC de tránsito (hurto). La abuela paterna, adorable mujer, me contó que cuando supo del nacimiento le dio un ataque de cólera y locura en las bartolinas. Creo que no paré de reírme ese día, días después traté de no reírme en su cara, pero hasta la fecha me da risa y a mi hija le da un sentimiento compasivo hacia él).

Desde entonces, la vida no ha sido tan fácil, pero ha sido más intensa porque ahora tengo una compañera de aventuras, a quien debo respeto y responsabilidad. Quizá no sea una madre ejemplar, no tuve el tiempo que quisiera para ser mamá (trabajo muy intenso, danza, estudios de maestría), pero el que si le dedico, lo disfruto como nada en este mundo.

Hace poco nos separamos por algunos días por viajes y la encuentro distinta y distante, cada vez parece que depende menos de mí y depende más de ella. Seguro que tiene que ser así, quizás en ese vaivén de cosas que es la vida, logre encontrar su dirección correcta.

*siento mucho ponerme a contar cosas personales y poco relevantes, no sé si es el mes, el fin de año o qué?....

Comentarios

Anónimo dijo…
:)

Casi me hiciste llorar, recuerdo alguna vez de algun resultado clinico negativo, y mi reaccion inicial fue terror, terror terror... creo que hoy si me dieran un resultado positivo las cosas cambiarian mucho... Tuviste mucho valor a esa edad, yo me hubiese desmoronado, sobre todo por la situacion... por eso soy dandelion demasiado fragill. pero bueno...

Tu hija ahora ya es grande e imagino que costara despegarte de ella,auqnue vos sonas tan diferente a otras madres...pero, ojala no te pase que queriendo retenerla logres alejarla.. Un consejo de una hija: Decile y explicale /cuando tenga edad claro/, como es que un hombre seduce a una mujer, para cuando se enfrenta a la sexualidad tenga plena conciencia de que es lo que pasa y como detenerlo si lo quiere y como aceptarlo si ella lo quiere...
Anónimo dijo…
aaaayyy... la maternidad... aun no siento que este lista para afrontarla...
ixquic* dijo…
Casí me hacés llorar vos. Si, es cieto, hay la sensación terror, terror y mas terror. No estaba muy joven, tenía 23 (mujer adulta) y ahora estoy por cumplir 33 (juventud acumulada).

A mi me cuesta despegarme de ella, pero cada una tiene cosas, gustos, actividades que disfruta individualmente. (Ella está en clases de Gimnacia, danza, aveces toma de música, de piñatas, de matemática) Por eso cuando estamos juntas lo provechamos más.

"como es que un hombre seduce a una mujer, para cuando se enfrenta a la sexualidad tenga plena conciencia de que es lo que pasa y como detenerlo si lo quiere y como aceptarlo si ella lo quiere..."

Ya lo hago, no a ese nivel. Pero sendo una niña que toma clases fuera de su casa, he tenido que ontarle cómo hay personas adultas que pueden tocar, besar, abrazar y hacer cosas que no están bien.

Y luego cuando crezca será un placer poder encaminarla hacia el pleno disfrute (reponsable) de su sexualidad, en dónde ella se sienta dignamente feliz.
blah dijo…
"Vacio de felicidad" que linda la forma en que lo describiste. Creo que eres una madre ejemplar..y dotada de buenas palabras para describir lo que sientes..

Me conmovio tu post..
Anónimo dijo…
si estabas joven , lo que pasa es qeu aqui ya a los 21 tenes que se r unamujer madura y con responsabilidades... pero bueno, que bien lo que me contas de que ya se lo enseñas a tu hija porque llega una etapa en la que los hijos no sabemos que hacer, porque nadie nos oriento, solo queda la conciencia y el sentido común y talvez es cierto de que de los errores se aprende. Ahora vos si me hiciste llorar porque... sos una buena madre tal como te lees, y ojala tu hija sepa reconocerlo aun cuando tenga 21 y le parezca que vos no la conocès
Unknown dijo…
Qué lindo post. Me encanta tu enfoque y lo mucho que disfrutás a tu hija. Difícil sí es, eso definitivamente, pero de plano que vale la pena. Un abrazo.
Anónimo dijo…
"*siento mucho ponerme a contar cosas personales y poco relevantes, no sé si es el mes, el fin de año o qué?...."

Que feo estuvo eso, porque a mi pe parece uno de tus mejores posts. De hecho quiero disculparme porque mis palabras no están a la altura del inmenso amor que sale a borbotones en tus palabras.

Por cierto, aprovecho para parafrasear a Cabral: Siempre serán dos aunque no estén juntas.

Sos grande Ix.

Victor

P.D.: Ojalá encuentre una mujer como vos y quiera ser la mamá de mis hijos. Así si me animo. ;-)
Anónimo dijo…
Buen apunte.
Anónimo dijo…
Qué lindo, Ixquic. Teniendo en cuenta de donde proviene, no dudo que tu hija será una gran mujer, en todo sentido (y mientras tanto, es una gran niña).
ixquic* dijo…
Claudia, Victor, E-V, Ligia,
Gracias por sus comentarios.
Anónimo dijo…
Tiene razón Víctor, es uno de tus mejores post. No lo digo por que cuentes cosas personales sino por que lo haces desde el corazón y nos muestras detalles muy humanos de ti.

Me gusta eso de "juventud acumulada" y la experiencia que cuentas del Hospital de Maternidad.

Suerte con la educación de Ixbá.
ixquic* dijo…
lo de "juventud acumulda" era una frase que suele usar un padre jesuita de Guatemala a quién conocí en un seminario de análisis sobre Centroamérica y él nos convió a todos que nadie envejece, la vida es para acumular...

saludos,