¿Partidos políticos democráticos? (I)

Aproximadamente un siglo atras, Robert Michells (un sociólogo alemán) estudió la estructura de los partidos políticos de masas (concretamente la del Partido Social Demócrata Alemán) y descubrió que éstos tenían características que ponían en evidencia la existencia de una “oligarquía” que concentraba el poder. Tituló a su estudio “Los partidos políticos, Un estudio sociológico de las tendencias oligárquicas de la democracia moderna" (1911).

Aunque la naturaleza actual de las estructuras partidarias ha cambiado (ahora contamos con catch all parties), la idea de la oligarquía (y de la falta de democracia interna) es aún vigente. Para muestra, el caso de los partidos salvadoreños, especialmente los más grandes: ARENA y FMLN.

Debe recordarse que los partidos políticos son como mini sistemas, cuentan vida y lógica propias, producto de sus dinámicas internas. Tienen una estructura administrativa que está en función de la finalidad para la que se constituyeron: alcanzar una parcela del poder. Estas maquinarias electoreras cuentan con círculos o elites dirigentes que adoptan decisiones, sancionas y establecen las candidaturas (integran las listas de elección), manejan los recursos organizativos y financieros. Y la base juega un papel legitimador de tales disposiciones.

Michells señalaba que los partidos son organizaciones que desean encuadrar a sus bases en las condiciones competencia electoral y esto provoca que existan funcionarios “permanentes” o burócratas que desempeñan una labor profesional, organizativa. También están aquellos que se encargan de la dirección política. Estos monopolizan sus conocimientos y se vuelven imprescindibles, inamovibles. Las bases, se conforman en confiar en ellos, se vuelven pasivas. Generalmente, el manejo del poder implica la represión a la disidencia (especialmente por la presión externa de la competencia que exige disciplina) y se apela a los valores del partido.

¿Qué pasa con los partidos salvadoreños? ¿se estructuran así?. No se sabe a ciencia cierta. Por curiosidad, y por contar con alguna información recopilada hace cuatro años sobre ARENA puede decirse lo siguiente:

Según este partido la proposición de candidatos a la Asamblea General para integrar el COENA (su consejo directivo)[1] se hace consultando a las bases. Esta fórmula en teoría es fácil de desmentir, pues al observar en el tiempo, María Hernández (por poner un nombre común y corriente como ejemplo) no ha tenido la oportunidad real de integrar ese comité.

En ARENA existe un ley de hierro y tiene un grupo que se comporta de manera oligarca, es pero flexible. Se trata de un grupo de funcionarios que integraron el COENA de manera permanente entre 1993 y 2001: Gerardo Suvillaga que fue miembro en 10 períodos, le sigue en frecuencia Walter Araujo y Carmen Elena Calderón (8 períodos), Roberto Murray Meza (7),...etc. La elección de estas personas fue "legitimada" por las bases del partido.

Ahora bien, aunque es claro que existe una elite partidaria que toma decisiones de manera inconsulta, también debe decirse que existe una rotación horizontal de cargos pero nunca es vertical (nunca hacia las bases).

Quizá este tema parezca irrelevante o parco, pero si estos actores son esencialmente políticos, actúan en el marco de una democracia y se justifican a partir de ella, es ilógico que en su seno se hagan practicas contrarias. Si los líderes políticos están lejos de sus bases, ¿qué tan lejos están de sus simpatizantes, de sus electores y de la ciudadanía? (pues esos son sus niveles de relación con la gente) Posiblemente, eso da luces para comprender desconexión, lejanía y desconfianza, que a la larga, erosiona la vida democrática y que ha sido documentada por encuestas realizadas.

Algunas personas, más prácticas, creen que no es estratégico contar con partidos abiertos, porque lo que está en juego es la capacidad y eficiencia partidaria, es decir, su desempeño electoral, su desempeño estatal (como gobierno u oposición). Así cuanto más abierto y democrático es, menos eficaz es. Ergo, se fragmenta, surge la indisciplina e incoherencia.

Entonces ¿deben ser o no democráticos los partidos políticos?
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* Me encanta estos temas, es media noche y con gusto podría seguir escribiendo....
[1] El COENA es quien designa los candidatos...entre otras cosas.

Comentarios

El-Visitador dijo…
Entre menos candidatos por la lista nacional haya, menos poder tendrán las cúpulas partidistas; o, dicho de otra forma, entre más asambleístas haya con poder propio (emanado directamente de la comunidad que les eligió), más poder tendrán los asambleístas para controlar la cúpula.

Para invertir el foco del poder, aseguráte que la tenencia de los puestos políticos provenga del hecho que un pueblo muy geográficamente específico los eligió ... no un obscuro grupo de personas en San Salvador.
ixquic* dijo…
Mientras estemos tan lejos y distantes de los partidos el "foco del poder" seguirá intacto.

Ellos necesitan electores...y si es así ¿porqué los electores no establecen condiciones?