Los méritos en la función pública

En estos días el Gobierno ha difundido su intención de presentar una propuesta de ley de la función pública. Esto podría ser una buena noticia para un país en el que el clientelismo, nepotismo, amigismo, chirismo, compadrazgo son la fuente que nutre la función pública (entendida en amplio sentido: empleados, funcionarios).

Personalmente, estoy harta que en este país exista una fabrica de leyes que nadie quiere cumplir y que nadie quiere "hacer" cumplir por la fuerza.

Trascendió recientemente que el nuevo Presidente de la Corte Suprema de Justicia, Salomón Padilla, ha nombrado a un hijo de un diputado como nuevo gerente legal de este Órgano. Puede ser --de pronto-- que el recién nombrado sea idóneo y que haya concursado y ganado dicha plaza por su propios méritos. ¿cómo saberlo? Un peritaje cultural de la burocracia salvadoreña (si existiera tal peritaje) seguramente concluiría que no.

Este me resulta un ejemplo delicado. ¿por qué? pues si se observa éste organigrama de la CSJ, la gerencia legal tiene a su cargo: la sección del Notariado, la dirección de probidad, las direcciones de investigación judicial y profesional (a donde Ud. puede ponerle el dedo a los malos jueces y malos abogados y abogadas) y el Instituto de Medicina Legal. Todas estas dependencias brindan servicios importantes a la población, ejercen contraloría contra el sistema, etc. No vengan a decir, que es un simple cargo, si no todo lo contrario y debe estar en manos y cabeza idónea.

Así las cosas...

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