Ciudad Discapacitante

Cuando se proclaman derechos humanos y se dicen que son "universales" y que son iguales para todos pecamos de ilusos, especialmente si tomamos como universo (de su goce) a las personas que no tienen una discapacidad (una limitación física, sensorial, intelectual o psicosocial). Por eso, aunque asumamos que valemos igual, en la práctica nos resbala que no existan interpretes de señas para comunicarnos con las personas sordas, jamás se nos pasa por la mente brindar una cuenta, recibo o factura en braille para las personas ciegas, o simplemente, nos tomamos los parqueos que están a disposición de las personas con discapacidad física porque pensamos "casi no hay, ni van a venir y ese espacio lo necesito yo" o bien parqueamos en la calle tapando los accesos para estas personas. Faltan rampas, información en audio, mas uso de close captions o traductores.

Por eso se dice que vivimos en sociedades que son discapacitantes. Desde mayo de 2008 entró en vigencia la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad que abraza el paradigma social de la discapacidad, es decir que si bien esta es una deficiencia biológica para que sea tal, necesita de una sociedad excluyente para configurarse.

Leo hoy un reportaje en El Diario de Hoy en el que se señalan los obstáculos de las personas con discapacidad física sufren en el Centro de San Salvador. También Jesús Martínez cuenta como se vive discriminado en este país.

Ser ciudadano o ciudadana debería pasar por atender el imperativo del respeto del derecho de otros, especialmente, "esos" que tanto ignoramos: ciegos, sordos, limitaciones físicas, mentales.


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