"--Mamá ¿esto es Chile?
-Si esto es Chile. Nuevamente"
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Guillermo O´Donell es unos de los politólogos especializados en las transiciones a la democracia y las entendería a cabalidad (de hecho es un deleite leerlo a él). De tal manera que ese "Nuevamente" hace la diferencia con nosotros en El Salvador, por ejemplo. Algunos países del sur vivieron dictaduras terribles, pero previo habían experimentado la vida y tradición democrática. Así, cuando quebraron aquellos regímenes militares los chilenos se dispusieron a recuperar lo que una vez tuvieron, ya un regímen democrático. Por eso, la madre dice a su hija, "nuevamente" y la gente que se ve allí, cantando con pañuelos blancos son los familiares de las víctimas de la dictadura de Pinochet quienes también cantan "nuevamente Chile". Esto sucedió en el Estadio Nacional, en marzo de 1990.
¡Qué manera tuvo esta nación de salir al encuentro de su democracia!, allí también habían militares, gente de derecha y gente de izquierda. La madre y la hija, regresaban junto al abuelo de un exilio en verdad. Supongo que cuando los procesos políticos son más profundos y convincentes -- hay un acuerdo político respetado por todos-- la institucionalidad democrática responde mejor.
No digo que aquel país sea mil veces mejor que el mío, no lo sé. Y tampoco vale la comparación. Pero la transición hacia la democracia minimalista salvadoreña es todo un caso: inició en 1979 con un golpe de Estado, a penas avanza en medio de una guerra y logra realmente sentar bases hasta la firma de unos Acuerdos que pusieron fin a ese conflicto armado.
Pero eso no era El Salvador "nuevamente", era el nuevo El Salvador. Ahora yo cuestiono si verdaderamente lo vimos así. Nosotros no nos encerramos a llorar de felicidad en un estadio.
Lo recuerdo bien. El 16 de enero de 1992, me fui al centro con una vecina (escapadas por supuesto) y al llegar, era inevitable llorar y quebrarse en algún momento. Uno podía ponerse cualquier color y no pasaba nada! Habían combatientes que comenzaban a ser excombatientes, religiosas, señoras del mercado, profesionales, etc. En la Plaza Barrios, todo era rojo. Aún guardo una bandera que recogí ese día en la calle. y luego, caí en la cuenta que había otra celebración a unos cuantos metros de allí, las banderas eran azul y blanco, habían banderas de ARENA (actual gobierno), habían soldados y mucha gente también.
Dos fiestas y la misma excusa. Ese nuevo país, estaba ya dispuesto a partirse en dos.
Pero vaya, el camino es obvio, ¡a gastar los caites se ha dicho!
(*por si me preguntan, caites son sandalias)
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