Sólo la injusticia tarda

Vivir con justicia e igualdad es una aspiración legítima y para que se concrete es imprescindible contar con instituciones tenaces, la justicia se encuentra allí donde la ley se aplica efectivamente, es pronta y cumplida, repara a las víctimas y castiga al delincuente, al pícaro, sin importar quien es, qué posición de poder tiene, etc. Además, la ley debe protegernos a todos sin preferencias y debe castigar a todos sin privilegios. Pero eso es pura deontología.

El Salvador, en cambio es ontología pura. Por ejemplo, los partidos políticos representados en la Asamblea Legislativa en lugar de elegir como funcionarios (mandato delegado por nosotros) a las personas mejor calificadas y dispuestas a aplicar las leyes de esa manera y e impartir la justicia (TSE, CSJ, PGR, PDDH, FGR, CC), colocan en esos cargos a "personas de su confianza". Esto es conocido como la politización de la justicia, pero lo obvio es que eso incide en la debilidad de estas instituciones.
La cólera que llevo es la del absurdo.
Recientemente la Sala de lo Contencioso de la Corte Suprema de Justicia impuso una risible y miserable multa de cien dólares al Fiscal General de la República, Felix Garried Safie, por haber incumplido su mandato al retardar una averiguación contra unos funcionarios desobedientes.

¿Cómo la Corte llegó a esa decisión?

La desobediencia y violación a la ley parecen ser la regla en este caso. Años atrás el ex Alcalde de San Martín, Valentín Castro del partido ARENA y su Concejo Municipal despidieron ilegalmente a un trabajador, éste de forma valiente, los demandó ante la Sala de lo Contencioso de la Corte Suprema de Justicia y ganó el caso, la Corte ordenó su inmediata reinstalación y pago de salarios no devengados.

Cuando salió esa sentencia en el 2005 (creo) pensé que realmente esa sala es por ahora una luz en medio de la tormenta, y pensé: se hizo justicia. Sin embargo no, fue en vano el ex Alcalde Castro y su Consejo decidieron no obedecer bajo argucias insostenibles (como la imposibilidad de presupuestar ese pago).

Tal actitud -desobediencia- es sancionada por la ley penal y por ende, la CSJ solicitó al Fiscal General de ese momento, Belisario Artiga, iniciara un proceso contra los desobedientes. Hay que considerar que la Fiscalía, como la institución que tiene el monopolio de la acción penal, ha tenido en los últimos años más desaciertos que aciertos, y este caso no fue la excepción.
Artiga y luego Safie, fueron lerdos. Eso permitió que los funcionarios imputados continuaran violando los derechos del trabajador despedido, porque ni lo reinstalaron ni le pagaron. Por ese desdén fiscal y la negativa para explicarlo, es que Corte multó al Fiscal con la pecuniaria y gravísima multa de cien dólares. (Safie que se nota que lo penal le cuesta mucho. Consejo: si Ud. quiere aprender derecho penal, pida a los diputados que lo elijan Fiscal General)

Entonces a qué conclusión se puede llegar si en situaciones como ésas, de nada sirve denunciar porque ese aparato público obra de manera que, unos sacan ventaja y otros sean constantemente víctimizados.

Aunque el ex Alcalde y su Concejo Municipal deberán responder ante un Tribunal de Sentencia, habría que preguntarle al trabajador despedido injustamente (hace cuatro años) si:

¿es justicia aquella que tarda?

Bueno, paciencia. Años atrás ni hubiese llegado a lo Contencioso.
entonces, paciencia pero no mensa. Algún día nos aproximaremos al "deber ser"
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Comentarios

El-Visitador dijo…
Justicia tardía no es justicia.
Otra vez de acuerdo en este con EV.
Lei lo de los 100 dolares de multa, y no me indigne, no porque no sea indignante, sino que por que no creo tener ya mas indignacion. Con casos como estos todos los años y todos los meses, uno se da cuenta de que esta hecha la justicia y las instituciones salvadoreñas.
ixquic* dijo…
Ok EV, me gustó más tu composición.

SS, hay que tener indignación! no te canses. Yo digo que estoy cansada pero no me he vaciado. Es el motos de mi trabajo...
JC dijo…
Siempre he tenido en baja estima a los "abogánsters". Pero leer tu blog me da la certeza de que es posible simultáneamente ser abogada y ser integra.

Siempre me prgunto ¿tendrá remedio nuestro país...?

Mientra haya mujeres como tú, sí.
ixquic* dijo…
JC, yo también le tengo baja estima a los abogados. He conocido a gente nefasta, pero también a gente honesta.

Hay cosas que influyen: el compromiso, el sacrificio, las ambiciones, las pretenciones, los intereses, la compasión (no lástima) y la posibilidad de usar tus "recursos" en favor de otros y crecer vos en eso.

Esto pasa en todas la profesiones, eso debe pasar en la vida cotidiana y por eso el país tiene remedio.

Saludos!