Afortunadamente ayer por la noche pude disfrutar de mi hija, verla bailar sus locuras (en las que de paso me arrastra) es un privilegio para una mamá escurridiza (por trabajo y responsabilidades adquiridas). Hoy no bailé, aunque es difícil no desearlo cuando una se sabe las coreografías, especialmente éstas en donde el ritmo llama las caderas (y hay que amarrarlas).
Actualmente, sólo he aprendido movimiento y el uso del velo. Pero yo quiero aprender la danza tribal y fusión. La bailarina que aparece en la foto bailó eso. Es como ver a una mujer (fuerte) que va en busca de su alimento, cuyo movimiento es el de una cazadora. Al final la danza es más alegre, pues ella está celebrando el resultado de su afán.
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Saludos