No hay excusa

Parece que la vida de algunos tiene poco valor, sobre todo si se trata de aquellos que han hecho daño a los demás: los presos. Esta es una lógica idea que surge tras conocer la muerte brutal de 21 personas dentro del recinto de Apanteos en Santa Ana, matanza sucedida entre la noche del viernes y la madrugada del sábado pasado. ¿Cómo puede suceder algo así en un sistema que esencialmente se dedica al control de las personas? No hay excusa.

Las autoridades penitenciarias dijeron el domingo que suponían que se trató de una acción lamentable y planificada porque hay víctimas que al parecer pertenecen a la pandilla 18, sin embargo, sólo se han reportado cinco pandilleros el resto son reos comunes. Pero hoy las cosas se van aclarando, pues se explicó que ningún reo pertenecía a pandillas y que 20 ya habían sido condenados.

Por relatos periodísticos sabemos que se trató de un hecho salvaje: botaron las paredes, destruyeron las camas de cemento y hierro y con eso asesinaron –desmembrando- a las víctimas. El incidente inició a las 8 p.m.

Esto es condenable y deben adjudicarse las responsabilidades con todo el peso de la justicia a los reos que lo cometieron. Pero una situación tan grave como esta pasa también por examinar el comportamiento de las autoridades, quienes por omisión pueden tener responsabilidad, pues son los que responden por las personas que están encerradas en el penal y por su seguridad, así lo dice la ley aun cuando haya quienes cuestionen esta protección (Ver Arts. 1, 2 y 27 C.n).

El viernes por la noche mientras la revuelta se desarrollaba los funcionarios penitenciarios optaron por no ingresar a los sectores en los que la barbarie se cometía, a pesar que, la Policía apoyó con 300 elementos de sus unidades elites. Según LPG del domingo 7 de enero (p. 4) Jaime Vilanova llegó a la 1 a.m. del sábado, y no se movió de su posición inicial, es decir, intervenir hasta la mañana.

¿Pero qué explica la pasividad del funcionario? ¿cómo alguien puede sentarse a esperar a que asesinen a otro? ¿cómo pueden ver a la cara a las familias afectadas? Hoy aparece una entrevista en LPG (p.4) en la que Vilanova intenta, con vano afán, explicarlo:
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¿Qué habría motivado los incidentes violentos de Apanteos? “(...) una vendetta, un plan de fuga, o desestabilización en el sistema penitenciario. Son hipótesis que están siendo analizadas”

¿cómo sustenta el plan de fuga? “ era una fuga planificada por la pandilla; pero, al ver frustrado el afán de fugarse, sus instintos criminales los desbordaron en la masacre”

¿por qué la UMO ingresó al recinto hasta la mañana? “por razones de seguridad; si entrábamos por la noche teníamos temor de hacer uso indiscriminado de la fuerza y hubiese muerto gente que no estaba participando en nada”

Sin embargo, se escuchaban gritos de los reos que eran asesinados . En ese caso, ¿porqué no intervinieron? “Porque en ese momento sospechábamos de que esos gritos desgarradores podrían ser para distraernos y provocar el ingreso, que era lo que ellos querían. Los gritos que se escuchaban eran de insultos (...)”
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Aunque son frecuentes las declaraciones sin fundamento (especialmente la última), este tipo de respuestas dejan a cualquiera atónito porque ni explican ni justifican razonablemente la grave omisión. La situación penitenciaria es difícil y si están concientes de ello, se supone que han debido sentarse por un momento a pensar cómo cumplir con sus obligaciones. Desde lo sucedido en Mariona en agosto de 2004 muchas cosas se han podido hacer. ¿qué hacen tantos reos en un edificio tan vulnerable como Apanteos?

Insisto en cuestionar la visión que la cada sociedad y su respectivo estado debe tener sobre el sistema penitenciario:

No se trata de un afán de venganza, es un esfuerzo para que el castigo al delincuente se convierta en una forma de prevenir más hechos delictivos (futuros), para que envíe un mensaje a quienes podrían cometer un ilícito penal y no lo hagan, pero principalmente para “regenerar” a aquellos elementos que decidan cambiar al purgar una pena.

Lo que corresponde pregutar:
¿Y esto tendrá consecuencias? No porque vivimos en la tierra de la impunidad y esto funciona en cadena: A Vilanova, Figueroa no le hará nada, ni Saca cuestionará a Figueroa (que en la masacre del 2004 habló de hacer cárceles de cuarteles y que el PNUD le apoyaba, etc.). Y la oposición política ¿pedirá cuentas a través del control político a Saca? No lo creo.

A pesar de todo, envidio el optimismo del Presidente cuando ofreció hoy su balance de su medio(cre) período. Sólo habría que pedirle que sea más claro al explicar cómo valora la decisión de colocar gente inepta en cargos tan importantes para la población, como son los relativos a la seguridad.

*Nota A Vilanova le conviene regresarse a su bufete, que goza de publicidad como abogado comercial acá: http://www.comercioexterior.ub.es/fpais/El_Salvador/pag09.html

Comentarios

Anónimo dijo…
Ix:

Podria publicar tu post en Hunnapuh Comentarios?

Regresare por tu respuesta, aqui mismo.
ixquic* dijo…
Por supuesto!

Saludos Bekaluna
Anónimo dijo…
ok.. gracias!
Anónimo dijo…
se me puso la piel de gallina...
me hace taaaaan mal enterarme de cosas asi.... pero no debemos vivir en un tupper... la vida esta llena de gente por aprender cosas grandes... a todos los asesinos les tocar{a tremenda vida la que viene...
muchos besos circenses
http://circomiaire.blogspot.com
Anónimo dijo…
Los mal llamados Centros de READAPTACION SOCIAL.
El sobrepoblación, la poca importancia que se les da como seres humanos, la corrupción al interior de los penales, no existe un verdadero plan de readaptación y tampoco recursos destinados para esto!!
Las autoridades no tienen sensibilidad.. ni un poquito de inteligencia para responder. Es absurdo escuchar gritos y no pensar que algo grave pasa... basta un poco de lógica!!