Mujer Exorcizada

*este es un post muy personal. Ud. no tiene la obligación de deprimirse con él y sólo se publica para liberar a quien lo escribe.

Tenía quince años cuando lo conocí y me enamoré de él. Ese año llegué a mi nuevo colegio tras la expulsión de otro de monjas y no tenía nada de ganas de volver a entablar nuevas amistades, sola era mejor que cualquier cosa.

Este niño/adolescente era ya un hombre, lo advertí al platicar con él. Nunca había conocido a una persona con una madurez extraordinaria. Hablábamos horas sobre historia y política. Aún estábamos en guerra e internacionalmente el tema era la crisis de la U.R.S.S. Nos hicimos novios y nos conocimos con nuestras familias.

En 1990 el mundo cambió tanto para nosotros. Se cayeron referentes en los que basábamos ideas y entusiasmos. Un año después estábamos en mi casa celebrando el año nuevo cuando la reportera de Teleprensa con lágrimas anunciaba que la guerra en El Salvador había terminado y la gente andaba gritando por la calle y el 16 de enero 1992 en el centro de San Salvador era todo ¡increíble! Esto trajo tanta literatura de la posguerra que a penas y teníamos el tiempo para diluirla en la cabeza, nos la comimos y terminamos el bachillerato queriéndonos mucho, mucho.

Era “casi” perfecto, porque también tenía defectos con los que no pude vivir (exigía demasiada seriedad en mí). Era un tipo muy machista y competía en muchos sentidos conmigo. Eso me marcó para toda la vida, a él le debo parte de mi carácter. En esa época yo tenía prohibido usar pantalones, no podía bailar (porque él no podía bailar), no danza, si debatíamos “realidad” –como decíamos- me corregía o me callaba frente al resto....

Cuando llegamos a la Universidad nos inscribimos en derecho porque queríamos ser abogados de “clase trabajadora” y le hablamos poco a los alienados compañeros que teníamos (pobrecita bruta que era yo).

El primer problema que tuvimos fue por la clase de economía yo saqué un 10 y él un 6 con el padre Ibizate de la UCA. No me perdonó (parece una estupidez, pero me dolió tanto que no lo olvido). Ese año cumplimos 5 años de ser novios y nuestra relación aún no había trascendido a lo sexual. Claro, esto porque él era cuadrado. Y yo, DE VERDAD, no podía sentirme más complementada por un hombre que con él.

Creo que tener a la par a alguien que asumía compromisos sociales era lo que me satisfacía y pesaba más que cualquier otra cosa. Yo me vestía como hippie o indígena y él también, fuimos una pareja que no podían (pueden) olvidar mis colegas.

Un día no sé que pasó. Amanecí siendo otra y cuando él salió con sus majaderías lo miré y le dije que lo dejaba, que no lo quería más y que no podía estar ni un día más con él. Fui la más sorprendida pero no soportaba ni que me mirara.

Sonrió y dijo: "te de doy un mes. Yo sé que vas a regresar" (1995)

En abril de 2006 me llamó y me invitó a cenar. Me alegró porque él trabaja en el ámbito político, es un gran abogado laboralista, asesor y sabía que aquellas platicas quinceañeras podrían regresar y mejorar su calidad.

Ese fue un momento difícil. Allí estábamos ambos hablando de lo que nos gusta y peleando porque ahora somos políticamente distantes. Aunque me dio la razón en algunos puntos también trató de justificar lo que no tiene excusa. Pero la política era un circunloquio, el tema de fondo no lo quería tocar.

Entonces me dijo: Llevo 15 años en esto, ambos lo sabemos...yo te amo y no puedo ser feliz con nadie más que con vos. Me casé y la mujer que vive conmigo algún día lo va a intuir ¿qué me decís?, yo puedo cambiar mi vida si tu.....

Aunque se me encogía el corazón de sentimientos de cólera, lo miré pasivamente a los ojos y le dije que no lo amo, que el tiempo pasó y soy otra mujer, nunca he implorado lástima ni necesito compañía. ...pero eso no es importante. Lo que me ofendía es que allí no estaba su esposa (a quien he querido conocer) y él estaba faltando el respeto, lealtad, haciendo algo que a nadie en este mundo le gustaría!

Le pregunte:¿te acordás del mes que me diste? Ese mes pasó multiplicado por mil! Y si no regresé no lo voy a hacer jamás.

Por gusto. Este tipo repitió lo que me ha repetido durante años y me auguró que seguirá haciéndolo. Si por algún momento pensé que recuperaría algo de él eso fue una pobre ilusión.

Esto me carga (Víctor y Ligia ayúdenme!!!). Este tipo pasó años diciéndome que era yo la culpable de sus desgracias y me lo creí, perdí tantas amistades por él (el los alejó). Cuando me embaracé se me acercó, me miró se puso a llorar y no volvió a pasar cerca de mí, hasta que la niña nació y llegó a mi casa otra vez. Entonces fue cuando comenzó el ciclo de años con propuestas descabelladas.

La última vez que me llamó, hasta escribí un post. Pero es hora de mandar esto al diablo, no se si esto es común, es de locos o qué. Pero nunca fue normal y yo no he podido ser más sincera en la vida que con esta persona.

Ya no me siento mal, el acoso ya no me fustiga (hasta hace poco sí). Un amigo de años y compañero de trabajo –lector de este blog- me ha ayudado en este trance, y aunque es amigo de la contraparte me hizo caer en la cuenta que la del problema no era yo.

¿Porqué los seres humanos nos obsesionamos y perdemos tanta vida en estas cosas? Por esta experiencia siempre he estado convencida que no vale la pena invertir confianza ni esperanza en una relación.

Esta es la historia que más me ha atormentado toda la vida y con estas palabras espero liberarme por fin de ella.... y espero que acá acaben las subjetividades de este blog.